LISBOA (Télam/AFP).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo ayer que seguirá adelante con la reforma de los regímenes especiales de pensiones a pesar de la masiva huelga de ayer, aunque ofreció dialogar con los sindicatos para que nadie resulte "humillado" por este proceso, que según las encuestas cuenta con respaldo

popular. Al mismo tiempo, se negó a comentar su reciente divorcio, que es seguido por los medios franceses casi con tanta pasión como el paro que ayer volvió a paralizar parcialmente el trasporte en varias ciudades.

Sarkozy dijo en rueda de prensa que su gobierno mantiene su estrategia "firme sobre el objetivo de la reforma de los regímenes especiales, pero también abierta, con la mano tendida, para dialogar" con los sindicatos. "Me he comprometido con esta reforma y la haremos, pero nadie será humillado", recalcó el presidente francés.

Con el argumento de la equidad social y el mal estado de las finanzas estatales, Sarkozy inició medidas tendientes a extender de 37,5 a 40 años la duración del período durante el cual un trabajador debe realizar aportes para obtener una jubilación. El gobierno alega que en el régimen especial de jubilación hay unos 150.000 aportantes para aproximadamente un millón de jubilados y que "si no se hace un esfuerzo", en diez años será difícil financiar incluso la pensión actual de los afectados por este régimen. "Siempre he dicho que teníamos prioridades sobre las que no podíamos ceder pero que había materia para negociar. La firmeza es también saber escuchar a los otros", reiteró.

En ese sentido, minimizó la gigantesca huelga que paralizó ayer el transporte público en todo Francia y dijo que "no fue tan mala" para su gobierno, ya que ningún periodista le preguntó sobre el tema durante los 40 minutos que duró su rueda de prensa posterior a la cumbre de Lisboa. "Hace 24 horas era la gran cuestión francesa, mi gran cita se decía. Hoy, 24 horas después, ni una pregunta", ironizó.

En tanto, un sondeo de OpinionWay publicado por por el diario francés Le Figaro, revela que el 67% de los franceses son partidarios de que el Gobierno no ceda ante las presiones de los sindicatos y culmine la reforma del sistema previsional.

Ayer el tráfico en la red de transportes de Francia no volvió del todo a la normalidad y continua parcialmente afectado por el paro que algunas secciones sindicales decidieron prorrogar la medida. Si bien transitaban más trenes, autobuses y subterráneos que en el primer día de la huelga , también había más gente que quería movilizarse. Los sindicatos se mostraron divididos ayer y numerosos gremios aceptaron volver a sus trabajo.

Sarkozy se negó a comentar el divorcio de su esposa Cecilia, afirmando querer concentrarse en los problemas de los franceses. "Fui elegido por los franceses para aportar soluciones a sus problemas, no para comentar mi vida privada", dijo.