Inflación, inseguridad e institucionalidad. En ese orden se ubican los temas o las remanidas motivaciones de una oposición inconsistente y casi sin chances frente a lo que parece ser un número ya puesto por las preferencias del electorado: Cristina K, presidenta en primera vuelta.
Las "recetas" para estas "calamidades", sobre todo desde la derecha, serían realizar un ajuste fiscal, congelar los salarios, deprimir la economía interna (tuvimos una década de esto y sin embargo...), saturar las calles de policías (atacar los síntomas y no la dolencia) y hacer respetar la Constitución y los poderes que de ella derivan (si es que alguno de los que llegaron al poder lo ha hecho o lo harán los que nunca gozaron de sus favores)... pregonado, esto, siempre desde la superficialidad, la crítica rimbombante, la denuncia sin pruebas y el día a día.
Con esta vocal (la i) se pueden formar otras palabras como "imaginación" para ejercer el poder (el sueño dorado del Mayo Francés) y así proponerse como una alternativa posible y creíble, esgrimiendo un plan que ponga de cabeza lo que tanto se critica para no facilitarles en extremo la continuidad a quienes están en el gobierno.
En la página 15 del "Río Negro" del 10 del corriente se pudo leer que el candidato a intendente de Neuquén y actual miembro del gobierno municipal Martín Farizano quiere las tierras de la Unidad 9 (unas 20 hectáreas en el centro de la ciudad) para hacer un emprendimiento inmobiliario, como si se tratara de su propiedad privada... de consulta popular, ¡ni hablar!
Haré algunas reflexiones que seguramente podrán ser enriquecidas con otras en esta misma sección.
Las tierras pertenecen a la comunidad y es deber de los funcionarios no disponer de bienes que no son propios para pasárselos a unos pocos privados (por ejemplo, la isla 132 sobre el río Limay). Consultar con los dueños reales sobre qué hacer en ese lugar es imperativo. Ya hemos sufrido al gobierno saliente, que hizo lo que quiso con los espacios públicos sin consultar con nadie, a pesar de estar obligado por ley a hacerlo.
Sería una oportunidad única dedicar todo ese espacio a parques, lagos artificiales donde se pueda pasear en botes; un sitio para caminar, correr, andar en bicicleta; pistas de patinaje (abiertas y cerradas), varias salas de teatro y de música, museos interactivos, planetarios, acuarios, etcétera. Se podría llamar a un concurso para obtener ideas de artistas y profesionales locales y darle a la comunidad un lugar de encuentro con la naturaleza, el arte y la ciencia, bienes tan poco tenidos en cuenta por la clase política en general.
El sábado 13 el coro del Comahue actuó en el aula 106 de la Universidad del Comahue, un sitio inadecuado para tales eventos, con gente sentada en el piso de una sala de clase, sin acústica y con sillas de plástico.
Nos merecemos tener no una sino varias salas donde asistir a espectáculos de jerarquía y que cuando nos visite la Camerata Bariloche, por ejemplo, no deba actuar en el Casino, el lugar más alejado posible de la cultura y la sensibilidad.
Las tierras en cuestión son valiosísimas, pero nos pertenecen a todos y no queremos pasárselas a unos pocos para que hagan sus negocios.
Hacen falta viviendas, y bienvenidas sean, pero tenemos muchísima tierra alrededor para usar; además, esas casas no serían para los que en este momento necesitan una para vivir, para ellos está la meseta...
Propongo que estemos atentos a este tema, ya que sabemos cómo nos representaron los concejales que supimos conseguir en el asunto del agua y en el de la isla 132, entre otros. Aprovechemos nuestro voto en las próximas elecciones.
También deberíamos exigir que las próximas administraciones, tanto provincial como municipal, establezcan el presupuesto participativo para que todos podamos formar parte de él y decidir adónde queremos poner nuestro dinero.
Mamita, te quedaste sola con cinco hijos, el pequeño de tres y la mayor de doce. Quiero imaginar tus sentimientos y tu cara ante ese cuadro pero no puedo; sólo te recuerdo siempre trabajando. ¿Cuántas horas trabajaste? Muchas, muchísimas. Salías temprano de casa por la mañana (¡qué frío en invierno!), llegabas por la tarde y tenías que seguir trabajando, lavando, planchando, cosiendo, tejiendo, cocinando... nunca dejaste que pasáramos frío ni hambre.
¿Cuántos sueños dejaste por cumplir? ¡Muchos, muchísimos!
¿De cuántas cosas te privaste? ¡De muchas, muchísimas!
¿Cuántas noches pasaste sin dormir, pensando en cómo enfrentar el día siguiente? Seguro que un montón....
Con cada golpe te hacías más fuerte, como yo digo: "Mi mamá es una máquina, siempre para adelante".
Ahora, a la distancia (maldita distancia), ¡te recuerdo tanto! Quiero que sepas que siempre digo que tuve una infancia humilde pero feliz. Y que soy una mujer feliz; tengo a mi José, a mis dos hijos, que son lo más hermoso que me ha pasado... ahora ya son hombres y son felices. Todo te lo debo a vos, por todo lo que me enseñaste... hay cosas que se aprenden en casa, y yo con la madre que tengo tuve la mejor escuela.
Ayer cuando hablamos te noté cansada. Estás enfermita, pero tenés que ser fuerte una vez más... te vas a poner bien. Sos una "viejita muy fuerte"; como dice la canción, "sos como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie..." y nosotros te necesitamos, tus hijos, tus nietos y, ahora, tus bisnietos.
Podría seguir escribiendo muchísimo más, pero sólo voy a escribir que te quiero más que a mis ojos y que, a pesar de estar tan lejos, este domingo voy a estar a tu lado para darte un beso imaginario y un abrazo tan grande como esta distancia que nos separa.
Ojalá pronto estemos juntas. ¡Feliz Día de la Madre!
Deseo responderle al Sr. Juan Marín, en relación con su carta publicada en esta sección el 25 de julio último, mediante la cual pretendía contestar otra mía del 17 de junio.
A diferencia de él, voy a poner negro color de mi tez sobre blanco. Marín salió al cruce de mis afirmaciones cuando en mi carta no lo había nombrado para nada, mientras que los dos a los que sí cité se hicieron los "osos". Además de eludir mi planteo, dice que hace 28 años que vive en Allen, que opino sobre bomberos de otra localidad y que pretendo historiar cómo nacieron y qué tenían cuando se iniciaron.
Para su ilustración, le digo que nací en Allen, precisamente en el barrio Norte, y que fui bombero voluntario en la asociación en la que él seguramente cayó como "peludo de regalo". Por lo tanto, conozco muy bien el comienzo de la institución.
En cuanto a sus preguntas "¿Crear una institución al servicio de qué intereses?" "¿Atender a quiénes que no lo pueda hacer el cuartel existente?", le contesto: al servicio de los intereses de la zona norte y atender a todos sus habitantes, ya que según la información de este diario (30/7, página 24) el cuartel existente no alcanzó a responder.
Le dejo a Marín o a quien quiera contestar la última palabra, porque no pienso hablar más de este tema; no porque no tenga argumentos, sino porque considero agotada esta vía y es momento de realizar otras acciones, legales por supuesto.
"En este desastre que heredamos, recién comienza lo peor por vivir"
Ha sido el clásico proceder de la corporación corleana. El clan familiar del asesino Pinochet fue procesado como ladrón de fondos públicos nacionales. Nada menos que 130 cuentas secretas en el exterior. Fueron encarcelados y "provisoriamente" puestos en libertad hasta que concluyan las apelaciones.
La instantánea del clan corrupto queda en la historia chilena y del mundo. Es emblemática y para el cuadro de deshonor.
Es de esperar que en poco tiempo más también llegue la foto de la corporación neuquina. Pero ésta, del "emir de la Patagonia norte", va a ser más completita: allí estarán también los más conspicuos integrantes del aparato funcional del supremo... "uno para todos y todos para uno", el emir para sus funcionarios y sus funcionarios para el emir. Todos blanqueando dólares con olor a petróleo nativo y a una penetrante fragancia a crema de enjuague española, todo "100% preparado" y todo ante los ojos cerrados de la justicia-injusticia neuquina.
Pese a las protestas de todo tipo, inicialmente sólo neuquinas y ahora en toda la nación, el emir continúa con su alocado y costoso capricho.
Parece que al escritor y "copartner" porteño del aventurero neuquino todavía no le han informado que todo este costoso despliegue no se hace con la venta de las "flores robadas de los jardines de Quilmes", sino más bien con fondos públicos del tesoro provincial de la Patagonia norte.
¡Lindo "forraje" de deudas le deja a su sucesor! ¿Cuántos del 44% de los neuquinos que no votó al emir hace cuatro años han reaccionado visceralmente como debieran y lo han hecho público? ¡Sólo los trabajadores docentes, los de la salud y algunos de organismos públicos criminalmente sometidos y perseguidos lo han hecho y están haciendo!
¿Y el resto de los neuquinos, los del 56% cómplice de todo este descalabro? Estos de la mayoría ciudadana que votó al emir tendrán su merecido pero, lamentablemente, los otros también.
En este desastre que heredamos, de aquí en más recién comienza lo peor por vivir. Por supuesto que el sucesor debe actuar a fondo y desde diciembre mismo. El 2008 será crítico en todos los aspectos. El pueblo neuquino (o parte de los que lo votaron) espera su inmediato trabajo de "cirugía" mayor y, afuera, los travestidos y corruptos de siempre.
Finalmente debo decir que aún sigo conmovido por aquella desgraciada premonición, la de mi carta de lectores de este diario del 10 de abril de 2005, en cuyo párrafo final decía: "En Neuquén la tormenta bélica empezó, la explosión vendrá en poco tiempo más". Y lamentablemente ello aconteció en el mismo mes de abril, sólo que dos años después.
Perdón, respetada familia del recordado maestro Carlos Fuentealba. Escribí lo que visualicé en aquel momento: era la aparición de un cuervo, no muy lejos, que en su fantasmal vuelo parecía señalar un camino... el de un operativo de represión, explosión y crimen sobre una pacífica marcha de protesta ciudadana.
Pero aún la tormenta continúa... y desgraciadamente el cuervo sigue aleteando. ¿Y entonces qué, una nueva explosión? No, por favor Dios, "nunca más"... sólo tenemos que obligarnos a bajar de una vez al cuervo. Y para siempre.
