El auto de "Río Negro" se detiene frente a la vivienda de E.L.P. y los vecinos de distintas casas se asoman por las ventanas. El clima está enrarecido en ese sector de la ciudad. Un rato antes la mujer contó su drama por una radio local y ya empieza a correrse el comentario del regreso del presunto violador. "Me dijeron que la madre quiere juntar firmas para que me echen del barrio por 'quilombera'. Para ella, ¿haber hecho la denuncia por lo que hizo su hijo es ser 'quilombera'", asegura con dolor.
Además relata que aquel día fue denunciada por haber golpeado al joven que, entonces, vivía a dos cuadras de la suya. "Ahora parece que está en la casa de su abuela, pero no me imaginé que lo iban a traer acá. Por eso cuando anoche -por anteanoche- que el nene llegó asustado diciendo que lo había visto y que no quería jugar más afuera, no podía creer tanta caradurez", afirma.
El nene va y viene mientras la mamá habla con los periodistas. Las paredes escritas, el tizne de una vieja estufa a leña y los escasos muebles son testigos de su angustia.
"Le pregunté si quería volver a la escuela donde iba pero me dijo que no, que no quiere encontrarse con la compañerita que le gusta, porque le da vergüenza", dice muy bajito, para que el pequeño no escuche. Para que no se entere de que su drama forma parte de una dolorosa crónica periodística.