HÉCTOR PÉREZ MORANDO (*)
Hace algunos años hubo griegos arribados a la Confluencia, pero no fueron inmigrantes humanos los que llegaron de la histórica Grecia a la Colonia Lucinda en 1967. En viaje etéreo el espíritu de algunos seres que vivieron aún a de J.C., mezclado con el teatro y la tragedia griegas se llamaron Teseo y Orfeo transformando los coros en cantos místicos y simbólicos" y en días anteriores a "Tespis y Esquilo sufrió el canto ditirámbico, primera manifestación importante del coro, varias modificaciones en Sicione (ciudad de la antigua Peloponeso) y otras comarcas de Grecia. En aquella época el coro constituía toda la acción teatral". Los coros de Aristófanes eran modelos de belleza y de incomparable poesía. Casi sin mostrarse con su muy antiguo pasado helénico, se transmigró a una mujer de Cipolletti que andaba entre libros y evacuando consultas estudiantiles: Elena Brualla de Badillo.
Según información oral y escrita llegó a la Confluencia Este en 1944 y la biblioteca Bernardino Rivadavia la recibió. Se acordó de aquel coro Santa Cecilia en su Ciudadela, pegadita a la Capital Federal. La biblioteca cipoleña con hermoso historial que hemos comentado en "Río Negro" y buena acogedora de expresiones culturales podía ser el punto de partida pero ¿con quién para la dirección coral?
El ofrecimiento a los vecinos Amanda Arolfo y José Kaplán no se pudo concretar y casualmente cierta tarde la visita del odontólogo Miguel Ángel Barcos introdujo conversación con sorpresa: el visitante desgranó llamativo currículum musical y algo más y desde ese momento quedó prisionero de las intenciones de EBB y de un grupo de vecinas y vecinos que constituirían el primer coro polifónico del Alto Valle. ¿Puede considerarse a EBB la fundadora?
El diario "Río Negro" informaba el domingo 24 de setiembre de 1967, con despacho de su corresponsal en Cipolletti del 23: "Selección de
voces para la formación de un coro. Como se ha venido informando mañana (24) a partir de las 10, se realizará en la biblioteca popular 'Bernardino Rivadavia' de Cipolletti, la selección de voces para la formación de un coro. Este acto cuenta con el auspicio de la comisión municipal de Cultura (gobierno Dr. Salto) y la biblioteca popular Bernardino Rivadavia. La selección y posterior dirección del conjunto estará a cargo del doctor Miguel Ángel Barcos" que era "profesor superior de música del Conservatorio Municipal de Buenos Aires" ejerciendo la dirección de "cursos de los coros de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Odontología, profesor de vocalización, coordinador de la Banda Rítmica y coros escolares del Consejo Nacional de Educación". Aquel 24 de setiembre de 1967 pasó a considerarse fecha fundadora.
Se animaron al signo de vida que es el canto coral, venciendo timideces y a compartir con otros públicamente el tarareo individual y fueron: la inspiradora Elena de Badillo, Tamara Zeman, María Virginia de Del Campo, María Ormazábal, María Olave, Nilda Ginnobili, Otilia Amaolo, Noralina Badillo, Gloria Ríos, Stella M. Gómez, Mirta Martín, Mabel Lillo, Regina Salas, Alfredo Pizzi y señora, Juan Painenao, Carlos Carrillo, Rodolfo Nonnell, Gelsomino Frasetto, Renato Ruoco, Bingo Kovac e Italo Rinzafri. La céntrica capilla La Sagrada Familia prestó el escenario, el párroco Elorrieta estaba sonriente por la novedad cantándose la "Misa Criolla" de Ariel Ramírez bajo la dirección del músico-odontólogo, posiblemente haciendo revolotear palomas de la entrada. Pero también hubo música acompañante por parte de dos jóvenes vecinos que se insinuaban musicalmente: Carlos Procopiuk con charango y la guitarra de Osvaldo Chiachiarini y Rubén Gazzoti como solista. Templo lleno, palmadas y felicitaciones.
Prueba de fuego, no: perfume de peras, manzanas y trabajo coral que duraría cuarenta años -con conocida interrupción que no fue des
bande- y casi de inmediato siguió con la segunda actuación en Chocón por gestión directa del ingeniero Carlos M. Sureda que fuera presidente de Hidronor SA. Cantaron en la gamela y "en el fondo de lo que hoy es el lago Ramos Mexía" recuerda Barcos, con otra música acompañante: el ruido del Limay por el desviador, antes de iniciarse la construcción de la represa. Luego, la tercera presentación, en la iglesia de Villa Regina y a través de los años tantas actuaciones que ningún integrante -ni el propio director Barcos- se anima a indicar la cifra exacta, pero "me parecen que han sido más de seiscientas en el país y exterior", nos dijo una de las más antiguas coreutas. Material para un libro... por eso la síntesis de esta nota ni siquiera puede abarcar lo principal, solamente el recuerdo.
Algo de embrujo tiene el canto coral y algo de embrujo muestra esta permanencia con base en el pueblo de la Confluencia. Porque ellas y ellos, los de antes y los de ahora, tienen incorporado las actuaciones en Bahía Blanca, Puerto Belgrano, embajada de México en Buenos Aires, varios encuentros y festivales corales, recorrido por localidades del Río Negro y del Neuquén y otras provincias, "haciendo música para que la entiendan todos" y las consagratorias giras por España y México más Chile, la participación de Ariel Ramírez, Zamba Quipildor, Jaime To
rres, Las Voces de Gerardo López, Los Arroyeños, Opus 4, Juan C. Cuacci, Camerata Bariloche, el Sexteto de José Colángelo, Rubén Durán, Facundo y Ramiro Lorenzo, Darío Altomaro, Grupo Lihuen Sur, y otros músicos. Tantos colaboradores como el ineludible José Pérez, los Miguel Couto y Calderón, Daniel Sánchez, Daniel Hernández, Inés Rinaldi, Daniel Carro, Ángel Cucci, Juan Carlos Roda, Eduardo Barcos, Carlos Duca, Oscar Tiemroth, Francisco Boronat, otras y otros. Aires clásicos, folclórico argentino y tango llenaban primamente los programas y sin duda el ateniense Frínico (siglo V a C.J.) estaría contento en su desconocida tumba porque sus coros tenían el principal papel en los dramas que cientos de años después se escucharían, transmigrados, al ángulo de los ríos Neuquén y Negro. Y grabaron discos.
Los primeros veinte años lo celebraron en el Círculo Italiano de Cipolletti en espectacular velada y hoy a los 40 se repite en el mismo lugar -extraña coincidencia- de la mano de su siempre director Miguel Ángel Barcos y las también voces fundadoras de Gloria Ríos, Mabel Lillo, Regina Salas, Juan Painenao y Juan Carlos Carrillo, a los que se deben agregar los demás actuales integrantes: Mónica Acevedo, Epifanio Aguilera, Patricia Altamirano, Mariana Arbez, Arístides Avalos, Gabriela Barcos, Fernando José Bozak, María Cristina Bucca, Carla Buscaglia, Cecilia Casciani, Raúl Chaures, Iris Colldeforns, Leticia Croceri, Enrique Díaz Colodrero, Pablo R. Dykstra, Matilde Encabo, Ana María Ginnobili, Mario González, Rodrigo Guarú, Isabel Miño, Carlos Hugo Moretti, Inés Moyano, Silvia Navarrete, Marta Navarro, Ana María Nonnell, Noemí Nuin, Nicolás Paredes, Oscar A. Pérez, Raúl Pita, Rodrigo Andrés Ribotta, Mariela Ruocco, Elizabet Salas, Jorge Vallés y contrabajo, Miguel Calderón.
Las mujeres y hombres de "Somos Voces, Somos Canto" y "Para querernos mejor" además de constituir el primer coro polifónico valletano dejaron escrito que su canto "fue (es) un homenaje al amor y lo que cada uno le quiso expresar a nuestro pueblo".
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica.
NEUQUÉN (AN).- El músico Daniel Sánchez negó su participación en la producción del disco de la Orquesta Típica Splendid. Por este disco, el bandoneonista Rodolfo Velázquez denunció al secretario de Estado de Cultura, Reinaldo Labrín, por haberlo reeditado con su ficha técnica "falsificada".
"Nunca he participado en ninguna grabación de la orquesta Típica Splendid como productor artístico. Ser productor de un disco significa estar durante los procesos de grabación, mezcla y masterización y yo ni siquiera he tenido el gusto de escuchar este disco", aclaró Sánchez.
El músico agregó además que sólo fue parte de la grabación de dos discos bajo el sello Patagonia Record; uno de la Sureña Jazz Band y otro grabado en vivo durante la realización del espectáculo "Neuquén país". "Soy un artista independiente y fui contratado para esos dos discos, pero nada más", continúo.
El jueves pasado, el cantor de tangos y bandoneonista neuquino, Rodolfo Velázquez, hizo una presentación judicial, en la que le reclama "resarcimiento económico y un reconocimiento público" a Labrín, por haber editado el año pasado, el disco de la Típica Splendid, con una ficha técnica "falsificada". Según denunció Velázquez en su oportunidad, en los discos reeditados figuran otras personas como productor e ingeniero de grabación. Sánchez figura como productor artístico, cuando según Velázquez, fue él quien produjo el material discográfico.
