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OPINION: Fútbol, rugby y el lugar de las cosas | ||
EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES "En el viaje -decía Raúl Scalabrini Ortiz- los bultos se acomodan solos". Y así gira la rueda del deporte argentino. De pronto, Los Pumas, que mañana se despiden del Mundial ante Francia, cayeron ante Sudáfrica, en semifinales, sin siquiera poder reaccionar en un segundo tiempo que pareció de más. Sin resto físico, no hay garra posible, por muy fuerte que se cante el himno y se jure con gloria morir. Y si las principales individualidades fallan, como le pasó a Los Pumas contra los Springboks, entonces cualquier esquema puede caerse, por mucho video previo que se mire. Y los ases de Los Pumas (Pichot, Hernández y Felipe Contepomi), que hasta ese día habían estado brillantes, tuvieron simplemente un mal día ante un rival contra el que estaba prohibido el error. Dijimos "mal día", sí. Pero no estábamos hablando de la selección de Basile, hasta hace pocos días acusada de "falta de entrega", de no saber rendir colectivamente y de buscar respuestas infantiles cuando fallan sus individualidades. Claro, los dos cómodos triunfos ante Chile y Venezuela, con un fútbol más utilitario que vistoso, modifican ahora los conceptos. ¿Reacomodan los bultos? Ni el nuevo Chile de Bielsa fue el cuco, ni Venezuela hizo un curso acelerado de fútbol, una materia que todavía ni siquiera sabe televisar, según lo demostró la pobrísima trasmisión del martes desde Maracaibo. Lo que el fútbol sí mantiene es su mirada arrogante, como algunas respuestas de Basile, enojado con algunos periodistas simplemente porque estos recordaban con admiración el trabajo de Bielsa. Lo que se pretende resaltar, en realidad, es lo gratuito y por ello inútil que son las comparaciones entre uno y otro deporte, como se hizo en todo este último mes. Que unos sienten el himno y juegan con espíritu amateur y que otros son mercenarios que no sienten la celeste y blanca. ¿Acaso está mal que algunos futbolistas sientan la necesidad de regular su ritmo si saben que viajan miles de kilómetros, juegan un sábado, vuelven a viajar, juegan el martes con casi treinta grados y tienen que volver a subirse al avión para cumplir el fin de semana con sus clubes europeos? Suenan fáciles los cuestionamientos mirando el partido desde una sala acondicionada o desde la cama tomando cerveza. En realidad, acaso lo único que une a nuestros rugbiers notables con nuestros futbolistas de Primer Mundo, son los dirigentes que lideran la conducción. Los del rugby atrasados en el tiempo. Y en el fútbol... Julio Grondona. Mañana, justamente, Grondona iniciará su octavo período en el trono de la AFA. El no está atrasado ni adelantado. Está desde 1979 y seguirá hasta 2011. 32 años en el poder. Para Grondona, el tiempo es simplemente una convención. | ||
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