Los franceses sufrieron este jueves serios trastornos para ir a sus trabajos debido a una huelga casi total del transporte público en defensa de las pensiones de privilegio que constituye el primer gran desafío al presidente Nicolas Sarkozy desde que llegó al poder, cuatro meses atrás.
El tráfico ferroviario a nivel nacional estaba casi al borde de la paralización total con apenas un 40 por ciento de los trenes de alta velocidad (TGV) operativos, sobre el total habitual de 700, mientras que en París los subtes y colectivos funcionaban con un esquema de emergencia muy por debajo de la frecuencia normal.
La policía informó de 165 kilómetros de embotellamientos en los accesos a la capital, el doble que lo normal. Muchas personas decidieron ir a trabajar en bicicletas o a pie, informó el diario Le Monde en su página de Internet.
La huelga, sin embargo, no afectó las aeropuertos, y la autoridad que supervisa la aviación civil (DGAC) afirmó que estaba "todo normal".
Las ciudades del interior del país también sufrieron menos problemas con sus servicios de trenes y subtes.
El paro, que comenzó el miércoles por la tarde, llega justo cuando Francia se prepara para la final de la Copa Mundial de rugby y para la prevista llegada de decenas de hinchas ingleses y sudafricanos a la capital para presenciar el partido decisivo entre los seleccionados de sus países.
Una serie de manifestaciones estaban además previstas en unas 60 ciudades, en el marco de los intentos de los sindicatos de forzar a Sarkozy a dar marcha atrás con sus planes de reformar el sistema de pensiones denominado "especial", que beneficia a 1,6 millones de trabajadores de distintos sectores.
Sarkozy, con el argumento de la equidad social y el mal estado de las finanzas estatales, inició medidas tendientes a extender de 37,5 a 40 años la duración del período durante el cual un trabajador debe realizar aportes para obtener una jubilación completa, al go más parecido a lo que pasa en el sector privado.
La últma vez que el gobierno quiso modificar el sistema de pensiones "especiales" fue en 1995, cuando el entonces primer ministro Alain Juppe fue forzado de manera humillante a dar marcha atrás en sus intenciones luego de tres semanas de huelga y protestas callejeras que paralizaron el país.
Pero el gobierno de Sarkozy insiste en que las condiciones cambiaron en los últimos 12 años y que la mayoría de los franceses ahora apoyan la reforma. Fuente: Télam |