Cristo vence" o "Perón vuelve"?
Según la enciclopedia Wikipedia, un logotipo es un elemento gráfico, verbo-visual o auditivo y sirve a una persona, empresa, institución o producto para representarse. Un buen logotipo debe tener legibilidad, que es la capacidad de ser leído y recordado con facilidad; reproductividad, que es la aptitud de ser fácilmente reproducido en diversos formatos, tamaños, colores de fondo y medidas, y adaptabilidad, que se refiere a la condición de ser adaptado en situaciones diversas. Cualquier estudiante de publicidad o diseño dará como ejemplo de lo anterior el logo de Nike, las tiras de Adidas o la "Q" de Quilmes.
De 1955 a la fecha, si hay una marca o logotipo que reúne todas las condiciones anteriores es "PV" (la "P" encerrada en una "V"; "Perón vuelve"), que representa al peronismo en sus diversas versiones. Ni el escudo partidario, ni los perfiles de Perón-Evita impresos en las boletas electorales tienen el nivel de conocimiento y representatividad gráfica de aquel logotipo.
Hoy, en el mundo del marketing aplicado a la política es lícito pensar que a algún genio del diseño se le ocurrió resumir en tres trazos muy simples la expresión de las luchas, rebeldías, sueños y esperanzas de una parte mayoritaria del pueblo argentino. Sin embargo, como muchas creaciones populares, su origen es de autor anónimo; es fruto de la creatividad y surgió como un acto de rebelión e irreverencia frente al avasallamiento de la soberanía popular.
Durante una vida como peronista vi y pinté muchas "PV" en las paredes pero, la verdad, recién hace unos meses descubrí su origen, que quiero compartir.
A fines de 1954, el conflicto entre Perón y la jerarquía católica emergió con fuerza. La decisión del Vaticano de promover una Internacional Demócrata Cristiana y el nacimiento de la Democracia Cristiana en el país, sumados a una cada vez mayor movilización de los católicos en las calles, fortalecieron la Iglesia como fuerza de oposición.
El 10 de noviembre de l954, en un discurso Perón expresó que "la Iglesia tiene hombres buenos, malos y malísimos...". Luego el Congreso sancionó leyes que establecieron el divorcio vincular, la supresión de diferencias entre hijos matrimoniales y extramatrimoniales, cuestiones relativas a la profilaxis sexual y la supresión de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. A partir de allí las procesiones religiosas se convirtieron en manifestaciones opositoras donde, detrás de santos y velones, desfilaban políticos conservadores, radicales, socialistas e inclusive militantes del Partido Comunista.
El 16 de junio de l955 se produjo un hecho criminal que, por la magnitud del daño a la población civil y la crueldad en su ejecución, podría señalarse como el inicio de una espiral de violencia en la Argentina que se extendió a los siguientes 30 años de su historia. Ese día, 28 aviones de la Armada descargaron 14 toneladas de explosivos sobre la Casa Rosada y otros "objetivos", como la CGT, la residencia presidencial y Plaza de Mayo. En un descabellado plan de matar a Perón, mataron a casi medio millar de personas, la mayoría ocasionales transeúntes y, muchos, trabajadores que habían acudido desarmados a "defender a Perón".
Los aviones navales que huyeron a Montevideo llevaban bajo sus alas pintada la cruz abrazada por una "V" ("Cristo vence" más "V"), que habría de convertirse en el símbolo de la Revolución "Libertadora" y, como tal, sería profusamente pintado por toda la ciudad.
Jorge Rulli, uno de los sobrevivientes de la resistencia peronista a quien entrevisté para una investigación, me relató lo siguiente: "Cómo nace, no sé, pero no te olvides de que los aviones llevaban el 'Cristo vence' y durante la Revolución 'Libertadora' se convirtió en el símbolo de ellos y, como las paredes estaban llenas de cruces con la 'V', me compro marcadores de cera y empiezo a convertir la cruz en una 'P'. A mí nadie me lo dijo, yo lo hago espontáneamente y supongo que eso mismo hicieron otros. Así nace la 'PV'; es la corrección de un símbolo del enemigo. Yo debo haber pintado millones de 'PV' en todos lados".
La verdad, nunca había supuesto este origen: la mutación de "Cristo vence" en "Perón vuelve". Parece simple: uno le hace un gancho a la cruz y se convierte en "P".
Lo que no me resulta simple es encontrar una explicación a ese reiterado vínculo de amor-odio entre la Iglesia Católica y los sectores populares. Monseñor Tato, Carlos Mugica, monseñor Angelelli y Christian von Wernich, todos pertenecientes a la misma fe y a la misma santa Iglesia.
ALDO DUZDEVICH (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Jefe de la Regional Sur Uno de Anses.
Ex dirigente y ex legislador del PJ del Neuquén