Brasil juega a media máquina, toca la pelota sin avanzar, se duerme y deja crecer a su rival. Brasil muchas veces convence y hace enojar a sus hinchas. Pero Brasil siempre hace lo que tiene que hacer: marca goles y gana partidos. Y lo hace a su manera, con algo de fortuna y un poco de ayuda del rival, pero con mucho lujo, entonces todo aquello que hacía enojar a sus hinchas queda en el olvido, como si se tratara de otro partido.
Anoche, Brasil fue ese equipo de las dos caras. Claro que en los últimos veinte minutos marcó cuatro goles y la "verdeamarela" tuvo una sola cara, la que siempre hace lo que quiere y cuando quiere, marcar goles y ganar partidos: 5-0 a Ecuador.
El estadio Maracaná no esperaba otra cosa de su equipo que una goleada, y la tuvo, aunque debió esperar esta la segunda mitad del segundo tiempo. A los 18 minutos, el gol de Vagner Love descomprimió el ambiente. Brasil dominó el juego a su gusto ante un Ecuador que intentó controlar la pelota, aunque sin ninguna eficacia. La primera mitad fue lenta y sin emociones porque el equipo de Dunga así lo quiso.
En el segundo tiempo, el equipo visitante tuvo su cuarto de hora que no supo aprovechar. Entonces se despertó Brasil y lo goleó sin esfuerzo. El toqueteo de Ronaldinho ganó en eficacia, se asoció a Robinho y los goles llovieron sobre Río de Janeiro: "Dinho", dos de Kaká y Elano le dieron al Maracaná lo que quería ver.