¿Qué significa para la selección argentina las Eliminatorias, ese demasiado largo y, muchas veces sinuoso camino a una Copa del Mundo? Que al menos nueve veces hasta fines de 2009, Alfio Basile podrá (re)encontrarse con sus jugadores, convivir con ellos unos días y, lo más importante, jugar dos partidos en cuatro días. Ya pasaron dos y Argentina sumó los seis puntos en juego, marcó cuatro goles y no recibió ninguno. En fin, cumplió.
Pero no sólo en los números. También cumplió con el fútbol: sin brillar, el equipo fue eficiente, cumplió con su libreto de pelota suave y a ras de piso, traslado y dominio. Pudo haber goleado a Chile el sábado en el Monumental y a Venezuela, el martes en Maracaibo, pero se ¿conformó? con un doble 2-0. El equipo buscó más goles, aunque todo lo eficiente que fue en los primeros tiempos de ambos partidos, mutó en suficiencia ne las segundas partes.
Entre los puntos más altos de la actuación argentina se destacó el desequilibro de Messi, que por momento parece llevarse todo por delante y, en otros, define un partido con una joya como lo fue el segundo gol a Venezuela.
La pareja de centrales también tuvo una tarea elogiable. Gabriel Milito convirtió un gol y se lo notó muy seguro en el juego aéreo contra Giancarlo Maldonado, la carta de gol (única) que presentaba Venezuela, y Martín Demichelis parece que tomó la posta del retirado Roberto Ayala, con otra sólida labor como último hombre.
Intermitente, Riquelme se corrió al costado izquierdo para frenar el ritmo del partido y en otras ocasiones bajó demasiado hasta la línea de Javier Mascherano y Esteban Cambiasso.
En algunos momentos el equipo se vuelve previsible. O Riquelme hace todo a diez por hora o Messi intenta hacerlo a mil. Esos segmentos que mostró, tanto ante Chile como contra Venezuela, siembran un manto de dudas sobre el funcionamiento del equipo.
Por el momento, Argentina tiene números perfectos, pero también algunas cuestiones que resolver. Respondiendo a la pregunta inicial, las Eliminatorias son el camino inevitable que el equipo argentino deberá transitar hasta Sudáfrica 2010. Apenas van dos partidos de los 18 y el camino se perfila como demasiado largo y muy monótono... a menos que Messi y Román ajusten sus velocidades, entonces ya no habrán más dudas.