La degeneración macular es una enfermedad oftalmológica que puede llegar a ser discapacitante. Se caracteriza por afectar la zona media de la retina mácula y puede ocasionar la pérdida progresiva de la visión central. El daño puede llegar a impedir la lectura y otras actividades cotidianas como manejar, ver la hora o reconocer rostros. Se asocia con la edad avanzada, con el estilo de vida y con componentes genéticos, pero su origen es desconocido.
Existen dos formas de degeneración macular relacionada con la edad (DMRE): la llamada "seca" y la "húmeda". La primera afecta cerca de un 10% de las personas mayores de 65 años y consiste en un daño de la capa más superficial de la retina. La segunda, la forma "húmeda" o exudativa, es menos frecuente, y suele presentarse después de la forma "seca", en un 10% de los casos.
El caso es que a fin de este mes estará en el mercado local el primer fármaco capaz de tratar esta última forma de DMRE. Hasta el momento, ninguna terapia había logrado mejorar la visión en estos pacientes, sino que sólo se conseguía frenar su declive.
El doctor Mario Saravia, jefe del Servicio de Oftalmología del hospital Universitario Austral y secretario de la Sociedad Argentina de Retina y Vítreo (SARYV), señaló que la forma húmeda o exudativa "es particularmente lesiva". El efecto de la nueva droga, explica, "es detener e involucionar el daño que está en curso".
Esta medicación actúa bloqueando la formación y crecimiento de nuevos vasos sanguíneos enfermos y fluidos por debajo de la retina, que conducen al desarrollo de la forma húmeda de DMRE y la consecuente pérdida de visión. Se administra cada 30 días durante tres meses mediante microinyecciones locales, seguido de una fase de mantenimiento en la cual los pacientes son monitoreados mensualmente.
Buenos resultados
Los principales estudios que se presentaron ante las autoridades regulatorias y recientemente publicados en la revista médica New England Journal of Medicine muestran que aproximadamente 95% de los pacientes tratados con ranibizumab nombre del fármaco, aprobado por la FDA y lanzado en EE.UU. en 2006 mantuvieron su visión, y más del 68% lograron ganar visión. A la fecha, esta ganancia de visión se ha sostenido a los dos años de tratamiento.
El doctor Virgil Alfaro, profesor de Oftalmología de la University of South Carolina, EE.UU., declaró: "Para los pacientes, esta terapéutica "significa poder recuperar agudeza visual. Previamente hablábamos de éxito cuando
el paciente no perdía visión o la pérdida era escasa. Ahora hablamos de recuperar o mantener visión apta para tareas diarias como conducir un coche a pesar de tener DMRE", enfatizó Alfaro.
La forma húmeda causa la mayor parte de pérdida de visión. Se asocia con el crecimiento patológico de nuevos vasos bajo la mácula, que son frágiles y causan pérdida de fluidos y sangre. Si no se trata, se desarrolla una cicatriz en el tejido y se destruye la mácula. Esta es una zona en el centro de la retina, de forma oval, en la cual la vista alcanza su precisión máxima y que facilita ver los colores. "Estos vasos se rompen, sangran, se acumula sangre por debajo de la retina, que al coagularse provocan un deterioro definitivo en la compleja arquitectura retinal", detalló el especialista.
Alfaro indicó que para detectar esta enfermedad, lo más importante es "la distorsión y la pérdida de visión central, por eso ante la presencia de degeneración macular es esencial el uso en casa de la cartilla de Amsler".
