ROCA (AR).- Los integrantes de la Cámara Segunda del Crimen descartaron la posibilidad de que Ángela Orozco haya actuado en legítima defensa, y ayer la condenaron a nueve años de prisión por el crimen de Cristina de la Torre, quien fue asesinada de cuatro puñaladas el 12 de mayo del año pasado a la salida de un boliche bailable de esta ciudad.
Incluso, destacaron que nadie vio sacar el arma blanca a la víctima fatal como había dicho la imputada, y sin embargo, un testigo aseguró en el debate que fue Orozco quien sacó un cuchillo, se le cayó al suelo, lo levantó, y asestó las heridas mortales en la víctima.
"Si el cuchillo lo hubiera tenido De la Torre, y Orozco ya la había golpeado con una piedra en la cabeza, no tenía sentido apuñalarla", se indicó en el fallo, para completar que a raíz de esto "no es posible invocar un exceso en la legítima defensa".
El fallo del tribunal, integrado por César López Meyer, Juan Máximo Rotter y el juez subrogante Oscar Gatti, fue por unanimidad.
"Está probado el reproche que le hizo De la Torre a Orozco por un faltante de cocaína", señaló López Meyer ayer durante la lectura de la sentencia, aunque "no quedó claro si Orozco -y las otras personas con las que andaba- volvió al boliche a buscar más droga o a hablar con Cristina", señaló.
Orozco y De la Torre habían discutido esa noche en el interior del Bailantazo del Beto, por el faltante de unos "papeles" de cocaína. De la discusión se pasó a los golpes, por lo que Orozco fue obligada a retirarse del boliche.
Tras dirigirse a un departamento, la imputada volvió con las personas que la acompañaban, y allí se volvieron a encontrar ambas mujeres, iniciando una pelea aún más fuerte y terminando con De la Torre herida de muerte.
"Si Orozco se bajó del auto -en el que habían regresado al boliche bailable- es obvio que afrontó el seguimiento del conflicto y no la tomó por sorpresa la reacción de De la Torre", se señaló en la sentencia.
Para los jueces, "no hay pruebas certeras de que Orozco inició la segunda pelea. Ni Amadeo Long -el conductor del auto- ni su sobrino, ratificaron los dichos que habían vertido en la instrucción". En el caso del segundo, había dicho en su primera declaración que "Ángela estaba recaliente".
"La agresión fue recíproca y consentida por ambas", señalaron los magistrados.
También se aclaró que "quienes se fueron en el auto con Orozco, no mencionaron un estado de emoción violenta".
El defensor Julio Romero adelantó que va a apelar el fallo, ya que si bien la condena fue casi el mínimo -el homicidio simple tiene una pena de 8 a 25 años- consideró que hay elementos suficientes para probar el homicidio en legítima defensa.
