Martes 16 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 19 > Municipales
Usurparon tierras apoyados por una topadora
El chofer de la máquina dijo que era el dueño del predio ocupado. El municipio hizo la denuncia; la toma está en una zona de riesgo.

NEUQUÉN (AN).- "De acá no nos saca nadie, ni la Policía ni nada", desafió Andrea González, una de las mujeres que junto con varias familias ocupó terrenos públicos de la meseta con el apoyo de un hombre que bajó parte de la barda con una topadora, justo arriba de la toma "Rincón del Valle".

Los ocupantes alegaron que la crisis los empujó a tomar la decisión -"debemos elegir entre pagar un alquiler o comer", dijeron- y sostuvieron que ni el municipio ni la provincia, a través de la Agencia de Desarrollo Urbano Sustentable, contuvieron la demanda de viviendas.

Según los agentes municipales que actuaron en el lugar, el hombre que manejaba la maquinaria y se identificó como Juan Carlos Villar, afirmó que "no se movía ni a palos" y "se dijo dueño del lugar".

Las autoridades denunciaron el hecho en la comisaría 21 y pidieron a la Policía que retire la máquina para evitar que la toma se consolide. La respuesta policial fue que "no actuará sin orden del juez", informó a "Río Negro" el secretario de Obras Publicas, Marcelo Gamarra, que ante esta situación instruyó a los abogados municipales el inicio de pasos legales para "impedir que se siga tirando abajo una barda".

El alerta sobre la ocupación partió de vecinos de "Rincón del Valle". Según los nuevos ocupantes, más allá de las necesidades de vivienda, se entremezcló una cuestión política en alusión de que en una de las casillas recién levantadas se podía ver la imagen del candidato a intendente José Brillo, del MPN.

Andrea, de 30 años y dos hijos de 8 y 10 años, contó que con su marido juntan 1.400 pesos al mes y que en alquiler se les van más de 800. "Con lo que queda no podemos vivir", explicó.

A su lado, Claudia Abrigo, de 34 años y cuatro hijos de 8 a 16 años y Cristín Draganczuc, de 25 años con dos hijos de 3 y 5 años, plantearon una situación similar. "Mi hijito chico sufre el síndrome de Down y necesita una atención especial que no le puedo dar si todo lo que cobro lo gasto en alquiler", planteó Cristín.

La topadora trabajó todo el día "a cambio del pago del combustible", contaron las mujeres. El terreno elegido está en línea a un sistema de azudes antialuvional, sobre la calle Huilén casi Novella. A la tarde, la tierra estaba limpia, rellena y perfectamente alisada, lista para ser habitada por las familias que aguardaban turno.

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