NEUQUÉN (AN).- "Aunque el discurso oficial dice otra cosa, el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) arroja caca directamente a los desagües pluviales y encima un tramo de una colectora principal que baja de San Lorenzo está taponada con arenas residuales", denunció el ex concejal David Lugones, que en 2003 ya había acusado al organismo por tirar crudo el 60% de los líquidos que llegaban en ese entonces a la planta de tratamiento Tronador.
En los cuatro años que pasaron desde aquella denuncia la situación empeoró, pese a que la planta de efluentes cloacales pasó de tener 3 a 7 módulos. A poco de ponerse en funcionamiento, tres fueron desafectados y con ello "se volvió al sistema de 15 años atrás, cuando Neuquén tenía cubierto sólo el 40% de las cloacas. La situación es de una gravedad absoluta", describió ayer Lugones.
También en estos años se produjo en Neuquén un fuerte crecimiento demográfico y una explosión constructiva que no tuvo el acompañamiento adecuado del EPAS, al otorgar factibilidad a empresas pese a no poder garantizar la provisión adecuada de agua potable y el tratamiento de los efluentes, "en bien del desarrollo urbano", según ha justificado reiteradamente el concejal emepenista Oscar Closs.
Esta coyuntura explotó en el Deliberante porque las cañerías troncales del sistema de cloacas de los edificios que se construyen en la isla 132 del Paseo de la Costa confluirán a la planta Tronador, cuyos efluentes comprometen seriamente las aguas del Limay. Según el estudio contratado por la empresa GyD -la primera inversora privada en la isla- el EPAS vierte al río el equivalente a 2.700 camiones atmosféricos de caca al día. De modo que de no implementarse medidas paliativas urgentes, la contaminación se agravará en cuanto los edificios sean habilitados.
En el Deliberante se observó que a diferencia de lo que hacen la cooperativa de distribución eléctrica CALF y la empresa de gas Camuzzi, el EPAS otorga la factibilidad del servicio sin exigir a los interesados obras que garanticen la prestación y el cumplimiento de las normas.
A este escenario ambiental crítico, Lugones sumó la falta de mantenimiento de las redes existentes y de inversiones "mínimas necesarias" para contener la demanda.
"La planta de Tronador tiene capacidad para solamente tratar el 40% de los líquidos servidos. Es de una gravedad absoluta porque son muchos años de arrojar líquidos crudos y de contaminar", insistió Lugones, actual candidato a concejal.
Advirtió que el panorama sanitario es más grave de lo que se cree: "se están arrojando líquidos sin tratamiento en otros puntos de la ciudad porque están saturadas las cloacas de la colectora principal del oeste y en afán de descomprimir se arrojan efluentes al desagüe pluvial de calle Saavedra". Aseguró que en el próximo Concejo insistirá en un marco regulatorio de líquidos cloacales para exigir al EPAS las inversiones necesarias para resolver "de una vez por todas" la problemática contaminante.