Los analistas políticos dicen que esta campaña electoral despierta indiferencia y apatía en el electorado, por varias razones: la rutina de la democracia se transformó en algo habitual, la oposición está dividida y el oficialismo se vislumbra como claro ganador. Sin embargo, bien mirada, esta campaña electoral es de las más convulsionadas y curiosas de los últimos tiempos. Los principales candidatos se vieron envueltos en accidentes que les podrían haber costado la vida y algunos hasta estuvieron involucrados en hechos de violencia. Y todo ocurrió con muy pocos días de diferencia.
El jueves 11, por ejemplo, el avión que transportaba a Cristina Kirchner a Santa Fe pinchó una goma en el momento del aterrizaje, tambaleó y se despistó 50 metros sobre el pasto. Ella y su comitiva salieron ilesas. "¡Qué día!", rió Cristina en un acto minutos después del despiste, "es un día argentino porque no nos pasó nada".
Dos días antes, el lunes 8, Elisa Carrió también temió por su vida por culpa de un avión privado. La aeronave que debía trasladarla del Chaco a Buenos Aires sufrió una grave avería que fue descubierta de casualidad por el piloto, antes de que la candidata subiera a bordo. El avión sufría de una pérdida de líquido hidráulico, lo que podría haber ocasionado fa
llas en el sistema de aterrizaje. "El piloto nos dijo que no era una falla normal. Iba a investigar si las mangueras del avión habían sido cortadas", explicó el vocero de Carrió, Matías Méndez.
La semana pasada fue complicada para el ARI. Rubén Giustiniani, el candidato a vicepresidente, descubrió el jueves 11 que su auto había sido violentado. Fue cuando salió de una entrevista junto a Carrió y Margarita Stolbizer en un canal de noticias de San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Le rompieron el vidrio y robaron su maletín con documentación y el estéreo.
El empresario Francisco De Narváez, candidato a gobernador bonaerense, también vivió un susto en plena campaña. El martes 9 dos ladrones entraron a su campo en Luján, donde dormía un amigo, y le robaron 200 dólares y una cámara de fotos digital. De Narváez hace campaña en Buenos Aires aludiendo a la falta de seguridad. Igual que su rival Juan Carlos Blumberg, cuyo abogado, Roberto Durrieu, miembro de su equipo de campaña, fue víctima de un secuestro exprés el viernes 12. Cuatro hombres lo interceptaron en la entrada de su casa junto a su mujer. Durrieu y su esposa fueron liberados cuatro horas después, en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, tras haber recorrido varios cajeros automáticos. Le robaron su 4x4.
En Santa Cruz, el principal candidato a gobernador de la oposición, el radical Eduardo Costa, también se vio involucrado en un accidente. El 27 de septiembre, la camioneta en la que viajaba a un acto en la localidad de Gobernador Gregores volcó y dio varios tumbos luego de que estallara uno de los neumáticos. Costa estuvo internado varias horas, pero fuera de peligro.
NICOLÁS WIÑAZKI