CIPOLLETTI (AC).- Por un cambio de planes respecto del lugar de destino de la droga y de la forma de movilizarla hacia el extranjero, estuvo a punto de fracasar el operativo que el martes de la pasada semana terminó con la desarticulación de un laboratorio clandestino de cocaína, la detención de al menos nueve miembros de la organización internacional y el secuestro de 200 prendas de vestir embebidas con 150 kilos de la droga.
Esto, porque la operación "Tinta Blanca" se montó entre magistrados y policías de Argentina y de Chile, bajo el concepto de "captura vigilada" en el lugar de destino. Por caso, en Santiago de Chile.
Tal como informó "Río Negro", la droga fue traída desde Bolivia a Cipolletti por un falso pastor-empresario que engañó a la gente de la asociación evangélica Asamblea de Dios, montó una supuesta peregrinación, transportó a fieles desde el altiplano y de regreso, en una van Hyundai, retornó con la gente que había llevado y con los 150 kilos de cocaína.
El magistrado chileno interviniente y la jefatura de Antinarcóticos de aquel país, habían dado el puntapié inicial en la pesquisa y resolvieron, con la aceptación del juez Jorge Santamarina, de Lomas de Zamora, y de la Policía Federal Argentina, que se vigilen estrechamente los movimientos de los narcos, pero que se los deje llegar a Chile con la "mercadería" para detener luego a la mayor cantidad de involucrados y desbaratar además las ramificaciones que derivarían la ropa con droga a Holanda y España.
La van Hyundai cargada con la ropa, iba a ir a Chile, como estaba previsto. Pero un cambio de planes de los narcos apuró las actuaciones. En efecto, el jefe de la banda, un rumano preso en Santiago que manejaba a la banda por celular, había resuelto que el cargamento no salga desde Chile sino desde Argentina y dividida en varios bloques, por lo que Santamarina y los federales, enterados de esa novedad, cerraron el cerco.
La asociación evangélica "Asamblea de Dios-Rey de Gloria-Filial 28", por medio de una declaración de Isaías Toledo y Jorge Fernández, aclaró que "fuimos sorprendidos en nuestra buena fe" por el que se hizo pasar por evangélico y empresario religioso, Dani Trujillo, ahora preso en Buenos Aires", indicando que la entidad "no está involucrada en los actos delictivos acaecidos".
Se indicó que accedieron a la "ofrenda" de Trujillo (relacionado "con una familia conocida y de trayectoria en la ciudad") del viaje a Bolivia "con todos los gastos y movilidad pagos" para llevar "el mensaje evangélico a ese país".