Sábado 06 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 42 > Sociedad
OPINION: La ética de la inclusión

El movimiento mutual ha sido capaz de reinventarse en Río Negro y adaptarse a las necesidades cambiantes de los procesos económicos, sociales y políticos, dando respuestas a las necesidades más esenciales de sus legítimos dueños los socios, o al bien decir: sus asociados.

Tampoco debemos soslayar el irrenunciable compromiso de los dirigentes, que a pesar de los infortunios convirtieron las utopías en realidades.

Es justo decir también que no estamos valorando suficientemente la capacidad de crear y de construir de una sociedad organizada solidariamente, donde los resultados del esfuerzo colectivo se distribuyen con equidad y de acuerdo con el esfuerzo aportado. Abriendo oportunidades y compensando con justicia el trabajo socio-productivo, se desatan nudos que traban o limitan la capacidad realizadora en lo social y en lo económico. De lograrlo, el tremendo potencial realizador que anida en todos los sectores sociales se movilizará y devendrá en capital social básico para apuntalar un crecimiento sostenido del país

Nuestra autoestima como comunidad organizada se fortalecerá si lográramos abandonar la mentalidad del "cada cual para sí", reemplazándola por una acción solidaria de inclusión social que ofreciese con todo vigor y convicción lo mejor de cada uno. La fuerza moral que desata una ética de inclusión ayudará a encontrar un mejor rumbo como conjunto social y a sostenerlo en el tiempo.

Una sociedad equilibrada precisa de la existencia de sectores públicos y privados mancomunados, de un fuerte sector mutual y cooperativo aunado a otras organizaciones sociales y no gubernamentales, en la formulación y desarrollo de políticas relevantes para sus actividades

 

IVAN ROMERO 

Abogado, consultor en Economía Social; Logística Asociativa y Desarrollo local.

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