Sábado 06 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 22 y 23 > Opinion
EE. UU. e Italia: problemas con los de afuera

En Estados Unidos, Patrick ("Pat") Buchanan, un conservador que fue consejero de Nixon y Reagan y candidato a presidente en 1992 y 1996, es un ideólogo notorio de la derecha republicana. Hace cinco años fundó un periódico "The American Conservative" en el que a menudo firma notas que expresan una posición crítica respecto de los neoconservadores influyentes en el gobierno de Bush e incluso se ha opuesto, entre otras políticas del presidente, a la aventura bélica en Irak. Ahora ha publicado un libro que contiene (en la línea conceptual de Samuel Huntington, el de "El choque de las civilizaciones"(1)) una severa advertencia para sus compatriotas en relación con cambios profundos que experimenta la composición demográfica del país, algo que ya expresa claramente su título: "Estado de emergencia: la invasión desde el Tercer Mundo y la conquista de América".

Las alarmas de Buchanan tienen centro en la afluencia creciente de una inmigración que juzga, además de inconveniente desde el punto de vista de la cohesión cultural del país, como políticamente peligrosa. Predice que, si continúan las tendencias actuales, hacia la mitad de este siglo Estados Unidos se parecerá a Latinoamérica, con una población dividida entre ricos y una gran masa de pobres, con enormes problemas sociales y de gobierno determinados por el peso electoral de esa población hispana. Denuncia a los candidatos de los partidos el suyo y el Demócrata que siempre tratan de aparecer, por designio de ganar elecciones y sin importarles los costos para el país, "inmigrant-friendly", amigables con el inmigrante. A sus correligionarios los exhorta, a la luz de realidades como la de que los blancos de ascendencia europea ya son minoría en California, Texas y Nueva México, a la desconsideración del voto de los residentes hispanos y a restringir fuertemente esa inmigración. Tiene una especial inquietud de largo plazo y ésta se refiere directamente a los mexicanos: en el sudoeste del país, donde es notorio que creen tener derechos históricos sobre las regiones que pertenecían a México en la primera mitad del siglo XIX, una apreciación confirmada por encuestas los muestra mayoritariamente con la ilusión de una potencial "reconquista".

No acaban en esto sus manifestaciones apocalípticas: que el español se convierta en la "lingua franca" de extensas regiones del país y que la proporción de estos extranjeros en las cárceles siga aumentando. Lo indigna la insensibilidad de los empleadores para contratar ilegales y, de nuevo, la hipocresía de los políticos y la impotencia del Estado. En el capítulo que titula "Una economía no es un país", Buchanan un típico adherente a la ideología fundacional y elitista WASP (white, anglo-saxon, protestant) define el patriotismo como el alma de una nación y dice que él es lo que la mantiene viva. Cuando ese sentimiento muere, cuando una sociedad pierde el amor y la lealtad de su gente, la nación comienza un proceso fatal de descomposición.    

En Italia las preocupaciones con la inmigración que leemos en los diarios son de otro tipo. Giuliano Amato, ministro del Interior y un político dos veces primer ministro al que apodan "dottor Sottile" por su aguda inteligencia y cultura(2), ha oficializado la alarma social por la racha de delitos en los que están involucrados inmigrantes de Rumania. No se trata de ilegales, como en Estados Unidos con los mexicanos, dado que los rumanos tienen categoría de ciudadanos comunitarios desde el ingreso de su país a la Unión Europea y eso hace más difíciles las cosas. La estadística del 2006 es expresiva: el 36% de los delitos correspondió a extranjeros. "De Rumania declaró el ministro está en curso un verdadero éxodo". Se trata particularmente de los llamados "rom" por los italianos, gitanos para nosotros. Y la crónica diaria los refiere como agentes de toda clase de delitos: robos, atracos, arrebatos, riñas, asentamientos abusivos o agresivos. El prefecto de Roma manifestó, conocedor de los asentamientos donde viven y conviven con piezas de autos, motos, bicicletas, ciclomotores, monedas de los parquímetros: "Las mujeres no se ven, quizá porque están ocupadas en los transportes públicos robando carteras, los hombres duermen porque quizá han trabajado de noche desvalijando habitaciones".

Hay una vieja crónica periodística del gran Indro Montanelli que relata su experiencia de viajar una vez a través de Albania con una caravana de gitanos en uno de sus carromatos tirados por caballos. No sólo es pintoresca; también es esclarecedora. "En aquel viaje dice aprendí de la vida de los zíngaros muchas cosas pero sobre todo ésta: la inutilidad de explicarles el motivo por el cual eran perseguidos con escopetas por granjeros y pastores, que era uno solo: robaban todo lo que encontraban en su camino, ovejas, gallinas, harina, herramientas... pero no se daban cuenta de lo que hacían porque el concepto de propiedad no les había entrado nunca en sus cabezas".

 

(1) En un artículo titulado "El reto hispano", Huntington sostuvo que la llegada constante de inmigrantes hispanos amenaza con dividir Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas. A diferencia de grupos anteriores de inmigrantes, los mexicanos y otros hispanos no se han integrado en la cultura estadounidense dominante sino que han formado sus propios enclaves políticos y lingüísticos desde Los Angeles hasta Miami y rechazan los valores angloprotestantes que construyeron el sueño americano. EE. UU. corre un riesgo dice si ignora este desafío.

 

(2) Una curiosidad: ¿cómo podríamos apodar, por contraposición de atributos, a nuestro actual ministro del Interior?

 

HECTOR CIAPUSCIO
Doctor en Filosofía

Especial para "Río Negro"

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