Es curioso, con Carlos Menem tenía muchas diferencias y terminó haciendo el Pacto de Olivos. Con Kirchner empezó coincidiendo y hoy ni lo quiere ver...

(Alfonsín se molesta y se mueve inquieto en su sillón)... Me acerqué a Menem para evitar una reelección indefinida, que habilitaba una pésima Constitución que ya había sido aprobada en el Senado. Pero soy un hombre sin odios personales. No tengo inconveniente en apoyar una medida de un adversario político cuando está bien, o buscar una solución cuando se pueda encontrar. La peste en la política es el extremismo. Los extremistas se juntan: el fascista con el izquierdista. Son intolerantes y fanáticos y no aceptan interlocución con una persona que piense distinto. Soy lo contrario a un extremista.

¿Explíqueme entonces su acercamiento y su distanciamiento de Kirchner?

Como no iba a acercarme con él al principio. Estados Unidos lo presionaba para ir a Irak. Modificó la Corte Suprema muy bien. Le votamos todos los jueces, porque necesitaba los dos tercios en el Senado y no le daban los números. Estuvimos conformes con varias medidas, ¿cómo no? Pero no podemos permitir que repita en el orden nacional lo que hizo en Santa Cruz, donde obligó a todos los intendentes a hacerse kirchneristas.

Quizá es un mal del peronismo. No se olvide que Duhalde apadrinó a Kirchner...

 ...Lo que está haciendo Kirchner nunca lo había visto. Para las elecciones del 2003 yo le propuse a Duhalde que pusiera a Lavagna y no a Kirchner. Llegué tarde. Duhalde me contestó que la suerte ya estaba echada, que a otro no podía poner...

¿No lo quiere a Kirchner...

 ...por la falta de institucionalidad, por los abusos en materia de propaganda, por el uso arbitrario de los fondos públicos. Tiene una vocación hegemónica y dentro del gobierno es muy autoritario.

¿Después del 28 de octubre seguirá existiendo un radicalismo opositor?

   Trabajamos para superar nuestros problemas. El partido va a seguir siendo opositor. (A.P.)