Viernes 05 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 34 > Sociedad
Una industria cada vez más costosa y riesgosa

Cada vez más profunda, cada vez más costosa, cada vez más peligrosa: la producción de oro en Sudáfrica tiene su precio. El posiblemente peor accidente minero de la historia del país en la mina de Elandsrand arroja luz sobre la situación. Sudáfrica y sus vecinos se encuentran entre los mayores extractores del mundo, sobre todo de metales preciosos y caros: oro, platino, uranio y diamantes. La extracción de oro aporta casi el cinco por ciento al producto interno bruto (PIB) sudafricano y emplea a casi 100.000 personas. Pero los records históricos del precio del oro se contraponen a los también históricamente bajos niveles de extracción en la república del Cabo, que cayeron en 2006 por debajo de las 275 toneladas.

Por otra parte, los extractores de oro trabajan en condiciones extremas: las temperaturas a 4.000 metros de profundidad son de 59 grados Celsius y el agua también se calienta. Las empresas calculan que sus trabajadores tardan tres horas en llegar a sus lugares de trabajo, a pesar de los ascensores de alta velocidad y los trenes que ponen a su disposición.

Aún está abierta la cuestión de cómo pueden ser salvados con rapidez en el caso de una emergencia, como ocurrió el miércoles. A ello se une que parte de las minas tienen varias décadas de antigüedad y están dotadas de tuberías y conductos que no siempre se encuentran en estado óptimo. En la mina de Elandsrand fue precisamente el desprendimiento de un conducto de agua, de 30 años de antigüedad, el que desencadenó el accidente. A ello se unen las bandas ilegales activas en las minas y las actividades sísmicas que producen cada vez más accidentes. (AFP)

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