NEUQUEN (AN).- Ante la amenaza permanente de accidentes en los edificios en construcción de esta capital, los concejales crearon una nueva tasa con el propósito de cubrir los honorarios de los arquitectos contratados por la municipalidad para controlar las obras y verificar el cumplimiento de las medidas de seguridad.
Es así que de ahora en más, para la presentación de planos de obra nueva de viviendas colectivas mayores a cuatro niveles se debe abonar el 68% de la tasa, que equivale al al cuatro por mil del valor total de la obra.
Antes este tipo de obras eran asimiladas al rubro viviendas colectivas mayores de 200 metros cuadrados, por la que sólo debía pagarse el 50% de la tasa correspondiente al rubro declarado. En cualquiera de los casos anteriores, el valor base por m2 establecido es de $ 1.400.
Para asegurarse de que estos ingresos vayan al destino previsto, los ediles sugirieron a las autoridades que abran una cuenta especial con esta única finalidad.
La creación de un quinto rubro en el ítem "registro de planos e inspección" de la ordenanza 10.701 se originó en un convenio suscripto a principios de año entre la secretaría de Obras Públicas y el Colegio de Arquitectos.
A estos efectos, la entidad abrió un registro de profesionales verificadores de obras, quienes actuarían como apoyatura técnica con los inspectores en materia de seguridad y cumplimiento de las normas de edificación.
La adecuación de la ordenanza no es casual, pues los accidentes en obras en construcción han sido una constante en los últimos tiempos. De todos, el más conocido por la repercusión pública que tuvo es el de Sofía Pacek, quien murió a fines del 2006 sepultada bajo de una mole de cemento que se deslizó de la bandeja de protección del edificio que se levantaba al lado de su casa. Este hecho desembocó en un juicio político contra el intendente Horacio Quiroga, quien finalmente fue eximido de responsabilidades. Sin embargo, a partir de entonces, los controles municipales se intensificaron.
Ese mismo mes cayó de un piso once un encofrado sobre un auto estacionado. Al mes siguiente dos obreros cayeron desde un segundo piso del edificio ubicado en Entre Ríos y Teniente Ibáñez al cortarse la soga de un andamio.
En junio una pared casi aplasta a una joven de 20 años que pasaba por la vereda por maniobras clandestinas en el predio que la municipalidad transfirió como parte de pago a la empresa que construyó el Museo Nacional de Bellas Artes. La firma no había adoptado los recaudos obligatorios en la vía pública y el municipio actuó tarde.
