CINCO SALTOS (AC).- La inspección ocular que se realizó ayer en el consultorio de Carlos Anzaldo fue a pedido de la defensa. El propio imputado se esmeró en mostrarles a los jueces y a la acusación cómo es su consultorio, qué dimensiones tiene, cómo se escuchan los ruidos del exterior.
Pero no convenció ni a las abogadas de la víctima ni al fiscal Ricardo Maggi. Las querellantes dijeron que los ruidos se escuchan, "pero si alguien no grita no se escucha", agregaron con ironía Rina Barbieri y Romina Sckmunck. Es que la joven no dijo que gritó. Tampoco las demás mujeres que relataron los presuntos abusos sexuales cometidos por Anzaldo.
Distinta fue la visión del defensor Oscar Pandolfi. "Uno ejemplifica de manera positiva y evidente que no hay ninguna posibilidad de que se produzca (la violación) en un lugar atestado de gente, con gente que está sentada en una banqueta que está pared de por medio, paredes que son huecas, lugares donde se escucha perfectamente lo que está ocurriendo adentro, sobre todo si algo de lo que ocurre produce una manifestación fuera de lugar".
"Aparte -comentó- el consultorio tiene otra puerta interna que comunica con la de otro médico y en el medio hay un baño común para los dos consultorios. Nada impedía que en el momento en que estos sucesos estaban ocurriendo hubiera una persona en el baño que está también pared de por medio. Además se escucha arriba del consultorio, donde hay dos salas de internación".
Para las querellantes el relato más valioso de la jornada de ayer -que comenzó en la mañana en el edificio de Tribunales de Cipolletti- fue el testimonio de la primera psicóloga que atendió a la joven. "Me parece que fue sumamente esclarecedor de todo lo que le pasó a la víctima y no sólo la verosimilitud del relato sino la veracidad, que el hecho es real. Aparte pudo describir muy bien qué era lo que le había acontecido a ella con todo esto", sostuvo Barbieri.
Aún quedan pendientes las declaraciones de los padres de la denunciante. El juicio seguirá el lunes y el martes de la semana próxima.
