RANGúN (Télam).- El enviado de la ONU a Myanmar, Ibrahim Gambari, finalizó ayer su misión en ese país tras reunirse con el jefe de la junta militar, Than Swe, y con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, en su intento por poner fin a la represión de las mayores protestas contra el régimen en 20 años.
Ibrahim Gambari se reunió con el general Than en la nueva capital del país, Naypyitaw, y luego voló a Rangún y se encontró por segunda vez con la encarcelada activista democrática y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi. Mientras que la reunión con el líder de la Junta militar estaba prevista, el encuentro con Suu Kyi llegó de manera inesperada y generó esperanzas de que la misión diplomática de Gambari arroje algunos progresos. La ONU sostuvo que el objetivo del viaje de su enviado era persuadir a los generales de la Junta a no desoír y a tomar seriamente las exigencias de la sociedad de una transición hacia la democracia tras 45 años de dictaduras.
Las protestas contra el régimen comenzaron por el alza de los combustibles, pero se convirtieron en masivas manifestaciones encabezadas por monjes budistas, reprimidas a tiros y con numerosas detenciones.