Martes 02 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Un crimen que abre varios interrogantes

BUENOS AIRES (Télam).- El caso del niño de 12 años acusado de matar con un cuchillo a su compañero de 13 mientras estudiaban en su casa, en la localidad correntina de Ituzaingó, abre interrogantes acerca de la intimidad de sus broncas, su descontrol, así como de la situación familiar y la violencia social, consideraron ayer especialistas en el tema.

El niño, que primero intentó encubrir el crimen diciendo que había entrado a su domicilio un hombre encapuchado, luego admitió que él lo había matado porque "lo molestaba permanentemente en la escuela".

Distintos especialistas consultados coincidieron en que hay que ubicar esta situación en un contexto de violencia adulta y social, que no mide las consecuencias sobre la población más joven. "Hay dos cosas: una que todo niño violento ha sido violentado, y otra que estamos viendo que nuestros preadolescentes están siendo exigidos a funcionar como adultos antes de tiempo", aseguró la médica psiquiatra María de los Angeles López Geist.

En este sentido, se preguntó: "¿De qué clase de abandono están siendo víctimas nuestros preadolescentes?".

La especialista aclaró que "hay muchas preguntas y la noticia no alcanza a dar cuenta de la intimidad de este chico". En este sentido, dijo que "se observa que se trata de un niño que está solo con sus broncas, solo con sus impulsos, solo con sus definiciones sexuales en juego".

Asimismo, planteó que la pregunta es "qué pasa en esa familia y por qué este niño está tan solo con estas cosas, que no pudo medir la intensidad de sus impulsos".

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