Martes 25 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
Los monjes ponen en juego su prestigio

RANGUN (AFP).- Los bonzos, punta de lanza de la oposición a la junta militar birmana y que multiplican las manifestaciones pacíficas en Rangún desde hace una semana, gozan de una enorme credibilidad y autoridad moral entre una población profundamente budista de la que están muy cerca.

"Pensamos que pueden lograrlo porque están motivados por una auténtica bondad", afirma una birmana de unos 50 años mientras llora de alegría por la valentía de los monjes ante los generales que gobiernan desde hace 45 años Birmania. "Todos nuestros vecinos rezan. Todo el mundo habla de los monjes", dice la mujer .

Los monjes, en su mayoría jóvenes, son la vanguardia de un movimiento de protesta desencadenado el 19 de agosto por la oposición política tras un aumento de los precios de combustibles y del transporte público decidido arbitrariamente por los militares. Al

paso de los bonzos, miles de personas les aplaudieron ofreciéndoles agua y flores.

Los monjes ya participaron en movimientos de protesta popular, como el llevado a cabo contra los colonos ingleses durante la independencia del país, hace 60 años, o ese otro realizado en 1988, que fue duramente reprimido por los militares entonces en el poder.

A partir de entonces, los generales crearon un consejo del alto clero para intentar controlar a las instancias religiosas del país del sureste asiático. La autoridad moral de los monjes es inmensa en una Birmania donde el 90% de su población es budista y en la que la religión marca el ritmo de la vida diaria. Prácticamente todos los hombres del país han sido monjes en un determinado momento de sus vidas, dice un especialista.

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