Martes 25 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
"Rebelión de los bonzos" altera la junta birmana
Monjes lideran la mayor protesta en la historia de Myanmar.

RANGúN, MYANMAR (DPA).- Desafiando las órdenes para que regresen a sus templos, más de 100.000 monjes budistas y simpatizantes laicos inundaron ayer las calles de la capital de Myanmar (antigua Birmania), profundizando la rebelión pacífica más importante en 20 años contra el régimen militar, que amenazó con "tomar medidas".

Los monjes se dirigieron descalzos hacia la pagoda de Shwedagon, el sitio budista más famoso de Myanmar, y luego se dividieron en varios grupos pequeños para continuar sus marchas por la ciudad, a las que se unieron muchos simpatizantes laicos. Unos 5.000 monjes pasaron frente a la sede central de la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido opositor que dirige la premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi. Dirigentes del partido salieron a la calle para aplaudir a los monjes.

En la primera reacción oficial en una semana de protestas lideradas por los monjes, un medio de comunicación estatal informó que el ministro de Religión, el general Thura Myint Maung, se reunió con altos responsables religiosos para señalarles la advertencia. "Si los monjes incumplen las reglas y normas que estipulan las enseñanzas budistas, tomaremos medidas conforme a las leyes vigentes", afirmó la televisión estatal citando al ministro. Fuera de la capital, diversas manifestaciones tuvieron lugar principalmente en el centro (Mandalay y Pakokku) y el oeste (Sittwe) del país.

Las dos manifestaciones en Rangún, una en el centro y otra en el norte de la capital, duraron cerca de cinco horas, en algunos momentos bajo la lluvia.

Según estimaciones citadas por algunos testigos, unas 100.000 personas participaron en la marcha del norte de Rangún, mientras que cerca de 30.000, la mitad de ellas monjes, se manifestaron en el centro de la capital.

Al final de la tarde, un grupo de cerca de 800 manifestantes se detuvo a rezar delante de la barrera de 100 policías antidisturbios que bloqueaba el acceso a la casa de Aung San Suu Kyi, en arresto domiciliario desde hace más de cuatro años. Muchos de ellos corearon por primera vez consignas políticas exigiendo a la junta militar que ponga en libertad a Suu Kyi, quien se mostró en público por primera vez en cuatro años.

Se trata de la mayor protesta popular contra los generales desde las manifestaciones en favor de la democracia de 1988, fuertemente reprimidas.

Hay esperanzas de que las protestas pacíficas de los monjes alienten a la junta de Myanmar a abrir el diálogo político con la LND, algo que ésta ha evitado en los últimos 17 años. La LND ganó las elecciones generales de forma aplastante en 1990, pero los militares, quienes gobiernan el país desde 1962, impidieron que el partido asumiera el poder.

Los monjes se dispersaron el lunes por la tarde (local), regresando a sus templos. Los monjes budistas llevan siete días consecutivos manifestándose en las calles de Rangún contra el régimen militar, a raíz de su decisión de aumentar el precio del combustible y de los transportes públicos en el pobre país del sureste asiático.

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