Martes 25 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 25 > Internacionales
Fujimori ya complica la gobernabilidad en Perú
Su partido dejaría de apoyar a García por el "maltrato". La oposición ve un chantaje político en busca de impunidad.

LIMA (AFP) - La tácita alianza entre el fujimorismo y el partido del presidente Alan García corre el riesgo de resquebrajarse y afectar la gobernabilidad en Perú, tras denuncias de la hija del extraditado ex presidente Alberto Fujimori, que acusó al gobierno de maltratarlo.

La congresista Keiko Fujimori acusó al gobierno de García de someter a su padre a un "maltrato terrible". Detrás de ese proceder "está la mano del Poder Ejecutivo", aseguró. "Por un lado el traslado (de Fujimori desde Chile) ha sido impecable, pero el maltrato es terrible. Es una hipocresía de parte del gobierno, no me cabe la menor duda de que en este maltrato está la mano del Poder Ejecutivo", declaró la legisladora.

Keiko Fujimori aseguró que esta situación "ha malogrado las relaciones cordiales" entre el fujimorismo y el gobierno, y advirtió que en las próximas horas los legisladores de la Alianza para el Futuro (fujimorista) van "a tomar medidas importantes".

En respuesta, el presidente García subrayó que Fujimori será tratado con dignidad y respeto a los derechos humanos, "sin odios ni venganzas". "No se trata de vejar, mancillar o insultar a nadie, ni de pisotear al enemigo caído, hay que tratar con respeto a todos los ciudadanos, de arriba y abajo", dijo García en el palacio de gobierno. "Pueden estar seguros que las leyes serán cumplidas y entre ellas el respeto a la dignidad de personas", agregó, dirigiéndose a familiares y partidarios de Alberto Fujimori.

La advertencia fujimorista tuvo el sabor a un chantaje para el secretario general del gobernante APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), Mauricio Mulder. "Que una bancada legislativa como la de Keiko pretenda convertir sus votos en canje para mejores condiciones carcelarias, es un grave error que los pondría en el lado autoritario", dijo.

Desde que García llegó al gobierno en julio de 2006, su partido estableció estrechas relaciones con la bancada fujimorista de 13 legisladores, que en la práctica funcionan como una alianza política.

Esta alianza le ha permitido a García sumar votos vitales en el Congreso unicameral de 120 legisladores, donde su partido se tiene que contentar con ser la primera minoría, compuesta por 36 escaños. Ello ha permitido que muchos de los proyectos apristas en el Parlamento se aprobaran sumando los votos de la bancada fujimorista, además de los de grupos independientes menores, lo que le facilitó la gobernabilidad durante los 14 meses que van de gobierno de García.

La oposición ha denunciado reiteradamente el "pacto bajo la mesa" entre fujimoristas y oficialistas, citando como ejemplo que el primer vicepresidente de la República es el vicealmirante en retiro Luis Giampietri, muy próximo al fujimorismo.

El congresista Mulder, influyente figura del gobierno, llamó a los fujimoristas a que "prevalezca la madurez" y dijo que en la eventualidad de que adopten actitudes de confrontación "cometerían un grave error porque de ninguna manera obtendrán algún privilegio a través del chantaje político". "Lo grave es que no se afectaría al oficialismo sino al sistema democrático", añadió.

El cambio en la postura de los fujimoristas podría evidenciarse hoy, cuando se produzca la interpelación en el Congreso al ministro del Interior, Luis Alva, por denuncias de irregularidades en su sector. La aprobación de una censura al ministro con los votos fujimoristas pondría fin a la luna de miel con el oficialismo.

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