NEUQUEN (AN).- "Una parte de la central Alto Valle está en manos del pueblo de Neuquén". Lo dijo desde el palco Jorge Sobisch la mañana del 26 de agosto de 1992, cuando la usina pasó a manos de una sociedad entre el capital estadounidense y CALF. De esa euforia inicial nadie quiere hoy acordarse.
Alto Valle Holding SA (aquella sociedad) ya no existe porque la central está ahora enteramente en manos de Duke Energy.
En el medio la cooperativa perdió su 40% y llegó a ceder su facturación a la norteamericana para cumplir con los pagos del contrato de abastecimiento.
Osvaldo Bonvín, ex presidente de la cooperativa, fue el responsable de llevar adelante esta y otras asociaciones. Su salida fue forzada y signó un período de crisis institucional.
Un integrante del consejo de administración de CALF confió a este diario hace más de un año que el contrato, con las vicisitudes del negocio eléctrico tras la devaluación de la moneda argentina, había terminado favoreciendo a la cooperativa, pero pidió reserva de la información y nunca la confirmó.
No es lo que ahora dicen de manera oficiosa en la empresa y la cooperativa.