Buenos Aires (Télam).- El juicio oral por el envío de casi 60 kilos de cocaína a Madrid en un vuelo de la aerolínea Southern Winds (SW) continuará esta mañana en los tribunales porteños con la declaración indagatoria de un ciudadano español acusado de ser uno de los destinatarios de la droga.
La audiencia comenzará a las 10 en Comodoro Py 2002 ante el Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) 3 que tiene previsto interrogar al acusado José Ramón González Villar, esposo de otra de las imputadas, la española Elena Tomil Batán.
En la jornada anterior, los miembros del TOPE 3 se trasladaron a un sanatorio porteño para interrogar a Tomil Batán que junto a su marido está acusada de ser quienes debían recibir el cargamento. Sin embargo, debido a que la mujer tiene graves problemas de salud, sus abogados defensores expresaron a los jueces que por ahora no va a declarar.
Ese mismo día, el tribunal convocó a declarar a González Villar, quien manifestó que no se encontraba en condiciones físicas de ser interrogado porque había padecido "tres infartos y un síncope". Debido a esta situación, el TOPE 3 decidió pasar a cuarto intermedio hasta hoy cuando se espera que González Villar se encuentre en mejores condiciones de ser indagado.
Este caso se inició el 17 de septiembre de 2004, cuando cuatro valijas que tenían membrete de la Embajada de Argentina en España fueron enviadas desde Buenos Aires al aeropuerto de Barajas, en Madrid, en el vuelo 6420 de la empresa SW. Como nadie las retiró, la Guardia Civil revisó las maletas y descubrió que en su interior había 58,900 kilos de cocaína.
Casi un mes después, las autoridades de SW denunciaron el caso ante la Justicia, que comenzó a investigar, y a mediados de febrero el caso se hizo público y estalló el denominado "narcoescándalo" porque uno de los acusados era hijo del entonces jefe de seguridad del Aeropuerto de Ezeiza, el comodoro Alberto Beltrame.
El contrabando generó un gran escándalo político, al punto que el presidente Néstor Kirchner y el ministro de Defensa, José Pampuro, relevaron al jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Carlos Rohde, y de Beltrame.