Rangún (dpa) - Miles de monjes budistas desafiaron hoy nuevamente al régimen militar de Myanmar al volver a manifestarse pacíficamente en el centro de Rangún, la antigua capital del país asiático.
Los monjes, que llegaron en pequeños grupos en autobuses y automóviles, primero se congregaron frente a la pagoda de Shwedagon y luego se desplazaron descalzos hacia la pagoda de Sule.
A través de megáfonos colocados en camiones, el Ejército advirtió a la población de que no se una a las manifestaciones de protesta. El Ejército amenazó con imponer tres años de cárcel a quien contemple las marchas y diez años a quien participe en ellas.
El ministro de Religión, el general Thura Myint Maung, había llamado el lunes a los monjes a poner fin a las protestas, advirtiendo que el régimen tomará medidas contra ellos si siguen adelante con sus manifestaciones diarias, que comenzaron hace una semana y que alcanzaron su clímax el lunes, cuando hasta 100.000 monjes y civiles marcharon por las calles de Rangún y otras ciudades. En Myanmar (antigua Birmania) está prohibido que los monjes realicen actividades políticas.
El periódico estatal "Nueva Luz de Myanmar" minimizó hoy las protestas del lunes, al asegurar que los monjes que participan en ellas sólo representan una pequeña minoría del dos por ciento. "Más del 98 por ciento de los monjes quieren cumplir pacíficamente con sus obligaciones religiosas", escribió el rotativo, órgano del régimen militar que gobierna desde 1962 este empobrecido país aislado internacionalmente por sus graves violaciones de los derechos humanos.
En Myanmar hay unos 400.000 monjes budistas. Se ignora cuántos de ellos apoyan las protestas contra la junta militar.