Las personas consultadas por este diario, integrantes de las patrullas de rescate, coincidieron en que los dos accidentes ocurridos ayer se podrían haber evitado si sus protagonistas hubieran sido más prudentes.

El presente invierno tuvo muchas precipitaciones de nieve. Durante la noche del viernes volvió a nevar y se estima que en las partes altas se acumularon entre 20 y 30 centímetros de nieve fresca, sobre una base sólida. Esto constituye uno de los factores ideales para las avalanchas de placa, las cuales se potencian en determinadas pendientes, cuando son cruzadas por una o más personas. Los rescatistas explicaron que la avalancha del López se originó por el ascenso de los jóvenes, que provocaron el deslizamiento de la nieve fresca sobre la capa dura. Uno tuvo suerte y quedó sepultado en el borde de la avalancha y el otro fue cubierto por más de un metro de nieve.

En Catedral, el francés Dimitri Roux aflojó la nieve con su tabla de snowboard y además tuvo tanta mala suerte que cayó a un cañadón, donde fue sepultado por un metro y medio de nieve. Pese a ser rescatado muy rápido, falleció por asfixia y por los golpes durante la caída. Tanto en el Catedral como en el López, los operativos de rescate fueron muy buenos. En el primer caso actuó la patrulla de la montaña y en el segundo el Club Andino y numerosos guías de montaña. Mapi, el perro que encontró a Aguirre en el López, es entrenado por Diego Magaldi y Lucila Gandulfo.