Domingo 23 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 30 > Policiales y Judiciales
Abrió sin mirar y un ciclista murió: lo condenaron
Prisión en suspenso por la imprudencia de un conductor cipoleño.

CIPOLLETTI (AC).- No es un hecho extraño: un automovilista abre la puerta de su vehículo para bajarse y no se percata que justo en ese momento está por pasar una bicicleta. El ciclista choca y se cae. Generalmente se trata de lesiones leves, pero en mayo de 2005, el hombre que iba en el rodado menor tuvo la desgracia de que pasara un auto cuando estaba tirado. Y murió.

A raíz de este episodio, el

automovilista que abrió la puerta de su vehículo fue condenado por el delito de "homicidio culposo" a la pena de ocho meses de prisión en suspenso. Además, el juez Guillermo Baquero Lazcano le impuso reglas de conducta que deberá cumplir durante dos años.

El hecho ocurrió el 18 de mayo de 2005 sobre la Avenida Alem, entre Italia y Sarmiento de Cipolletti, cuando un automovilista acababa de estacionar su Peugeot 504 en la margen sur de la calle. Se indica en el fallo que el hombre abrió la puerta del lado del conductor para bajar sin advertir que la víctima, Roberto Koenig, circulaba en correcto sentido, de oeste a este a bordo de una bicicleta y que al ver obstaculizada su circulación "debió realizar una maniobra evasiva con el objeto de evitar la colisión".

"Producto de ello cayó sobre la cinta asfáltica y fue embestido por una mujer que iba al comando de un Fiat Spazio por el mismo sentido. La víctima fue trasladada al hospital produciéndose su fallecimiento más tarde", se indicó.

La conductora del Fiat, quedó libre de culpa y cargo, porque el juez consideró que la colisión no pudo ser evitada y que "no transitaba a velocidad imprudente".

En cuanto al automovilista, el juez le reprochó haber violado "el deber de ciudadano", primero porque estacionó su Peugeot "de manera no permitida" (separado del cordón de la vereda). Y segundo, porque "abrió la puerta del lado del conductor, invadiendo con ella la calzada sin haberse fijado previamente si con esta acción podía obstaculizar o dificultar el tránsito vehicular, al punto que por hacerlo además de manera sorpresiva y sobre el paso de la bicicleta conducida por Roberto Koenig, que lo hacía precisamente por el sector de menor velocidad y el aconsejado para ese tramo, lo impactó provocando que éste perdiera el equilibrio y dominio de la bicicleta y cayera sobre la calzada".

De este modo, Koenig "quedó a merced del vehículo Fiat 147" cuya conductora "no pudo evitar impactarlo y con ello en definitiva provocarle las lesiones mortales", concluyó el juez.

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