Domingo 23 de Septiembre de 2007 > Sociedad
Vieron subir a los jóvenes antes de la avalancha
Se trata del guía de montaña Pablo Pontoriero y dos amigos quienes avistaron a los dos snowbordistas minutos antes que se desatara la tragedia.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La proliferaciónn de esquiadores que concurren a esquiar fuera de pista permitió que el accidente ocurrido el sábado en el cerro López, donde una avalancha arrastró a dos snowbordistas, fuese presenciado por otro grupo.

Los testigos de la tragedia pudieron observar y fotografiar el ascenso de ambos jóvenes y luego la búsqueda y el rescate de Andrés Goyette (quien sólo sufrió golpes) y de Mauricio Agüero (que falleció por hipotermia).

 

"Estábamos en el Filo de las Cabras y teníamos un panorama muy amplio hacia el cerro Lopez, donde observamos a dos personas caminar en la nieve, hacia el filo de la ladera sureste del macizo", explico— Pablo Pontoriero, un guía de montaña residente en esta ciudad. Dijo que estaba ascendiendo con pieles de foca junto a dos amigos y que les llamó la atención el sitio por el cual ascendían los dos jóvenes.

 

El grupo se interno en el bosque alto y al rato Pontoriero recibio un llamado a su celular. Una de las instructoras de la UNC, que se encontraba en el mallín del cerro L—pez y vio la avalancha, los convocó a colaborar. "Subimos un filo y vimos nítidamente el corte que provocó la avalancha de placa. Asimismo, en la parte baja, había personas con zondas, buscando desesperadamente", aseguró—.

Los tres expertos descendieron y colaboraron con el rescate, ya que tenían zondas y palas. Por el contrario, los snowbordistas, no contaban con ARVAS, aparatos emisores y receptores de señales, imprescindibles cuando uno concurre a esquiar fuera de pista y en nieve honda.

El cerro López es una de las montañas locales más propensas a las avalanchas, las cuales inclusive pueden ser observadas desde la ciudad, con prismáticos. Es una de las razones por las cuales el lugar nunca fue apto para desarrollar un centro invernal y hacia allí sólo lo concurren los esquiadores avezados, que deben subir caminando. Pontoriero reconoció— que "el sábado, en el López, había muchos lugares peligrosos".

 

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