Sábado 22 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 18 > Politicas
Morales afirma que no les temen a "las patotas" de Sartor y de Milesi

No se ahorró nada ayer el presidente nacional de la UCR Gerardo Morales al referirse a sus correligionarios y legisladores rionegrino, Daniel Sartor y Marta Milesi.

Los calificó de "patoteros" por el intento de agresión que sufrió el diputado Fernando Chironi días atrás en Roca y la manifestación registrada antenoche en Cipolletti, para que el presidente de la UCR no pudiera ingresar a un acto.

- Lo que nos pasó anoche fue muy grave - dijo Morales, también candidato a vicepresidente de la Nación en la fórmula que lidera Roberto Lavagna.

En declaraciones al programa "Antes que nada" que se difunde por FM "Manantial" de Roca, Morales relató los hechos minuciosamente.

- Nosotros llegamos al lugar (Club Cipolletti) dispuestos a conversar con correligionarios y otros sectores democráticos que están cada vez más inquietos por el sesgo que toma el gobierno nacional en materia de ejercicio del poder. Nos estaban esperando unas 200 personas que, lideradas por Marta Milesi (legisladora provincial), trataron de impedir que entráramos. Procuraban que lo hiciéramos por una puerta trasera, pero no cedimos. Entramos por el frente, quedando muy claro que nadie nos van a impedir, en ninguna parte, a que expresemos nuestras ideas.

- A nosotros no nos va a meter miedo la patota de "Fino" Sartor, que estuvo detrás de la agresión a Chironi. El radicalismo es el partido de la libertad y no nos van a callar.

Entre los acompañantes de Morales se encontraba Chironi, quien consultado ayer a la tarde por este diario, dijo:

- Fue un incidente delicado en tanto y en cuanto fue provocado para impedir la reunión. Entre los radicales K que perseguían ese objetivo estaban Milesi y el ex diputado provincial Hugo Medina. Habían traído gente en un colectivo que lo pararon en la puerta de club. Había mucho grito y mucha gente que quería escuchar a Morales, ante ese clima, se fue sin ingresar a la reunión. Quizá no hayan sido 200 los que chillaban, pero eran más de un centenar... (ABA)

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