| NEUQUEN (AN).- "Una nunca sabe", el leit motiv que muchas mujeres-amas de casa-empleadas domésticas-dominadas se repiten a sí mismas para justificarse y justificar a medias el mundo en que viven, se convierte en un amargo -grotesco- sarcasmo en la obra que protagonizan Paula Mayorga y Chana Fernández y que se estrenará hoy en la Conrado, de esta capital. El estreno significará también la rehabilitación de las instalaciones de esa tradicional sala, que fueron remodeladas merced a un subsidio nacional recibido por la asociación cultural. "Una nunca sabe" es una comedia dramática que descubre el costado humorístico de lo cotidiano, con "cierta exacerbación del humor" desde el punto de vista femenino. Es una suerte de desmantelamiento de la cadena de explotaciones a que se ve sometida una mujer. En este caso, las actividades de limpieza de la casa, obsesivas, circulares, le sirven como elemento catártico y canalizador de las frustraciones, las decepciones y las rebeldías que contiene bajo una plancha metálica que impide su expresión. El libro de la obra es creación de Mayorga y Luis Sarlinga. Ambos trabajaron durante un año y medio sobre una idea de ella. La dirección está a cargo de Leandro Rosati, la musicalización es de Mario Silveri y Claudia Ganquín se responsabilizó por el vestuario, maquillaje y ambientación escénica. En realidad, explicó Chana Fernández, la labor de Ganquín excedió el vestuario y abarcó gran parte de la escenografía. Por caso, el estampado de flores del telón de fondo coincide con el vestido que utiliza Fernández en la obra. Entre ambas protagonistas se configuran claramente varias diferencias: cultural; social; generacional. Y en cualquiera de esos tres aspectos sobrevuela el tema del poder: quién lo ejerce, cómo y para qué. También hay situaciones y personas que no aparecen en el presente de la obra pero que inciden en el desarrollo de la acción. La puesta en escena utilizó recursos del varieté y del grotesco en el marco del género de comedia dramática. Tanto por el sesgo humorístico cuanto por la apelación constante a la cotidianeidad de las mujeres y el punto de vista adoptado desde un sitio no convencional, la obra puede inscribirse en la dramaturgia argentina actual cuyos referentes principales son Griselda Gambaro y Rafael Spregelburd y Daniel Veronese y el grupo de dramaturgia vinculado con el Centro Cultural Ricardo Rojas de Buenos Aires. De esa institución también provienen Sarlinga y Rosati, respectivamente coautor y director de la obra. Para Mayorga, la puesta en escena de la obra en la Conrado Villegas continúa la labor del grupo Teatro del Medio, e implica una reafirmación del "teatro independiente de la provincia, más allá de los auspicios oficiales de organismos locales y del Instituto Nacional del Teatro" (ver aparte). La conjunción de voluntades en la realización teatral implica "un claro posicionamiento", añadió la autora y actriz, en el contexto de un proceso que culminará con el Festival Nacional del Teatro. | |