Jueves 20 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 06 > Nacionales
Investigarán torturas en causa de Sierra Grande

VIEDMA (AV).- Tras los dos procesamientos dictados contra los comisarios retirados de la Policía de Río Negro, Víctor Manuel Lobos de 71 años y Rubén Codina de 67, por las detenciones ilegales durante la dictadura militar de los dirigentes de la construcción Daniel Avalos y Carlos Limala, la investigación continúa ahora por las torturas a las que fueron sometidos ambos a principios de abril de 1976 en Sierra Grande.

Paralelamente a la investigación de la privación ilegítima de la libertad en el juzgado Federal de Viedma a cargo de la jueza Mirta Filipuzzi, se tratan de establecer responsabilidades en relación a los hechos de torturas y tormentos denunciados por estas mismas víctimas.

En este aspecto, la causa tropieza con dificultades, como el fallecimiento de algunos de los identificados como responsables, tanto por el rol funcional que desempeñaron, como por el dominio directo de los hechos.

Por esta razón fue decretada la extinción de la acción penal respecto de varios militares y algunos ex policías de la institución rionegrina, entre ellos quienes fueron sindicados como reguladores de los golpes sufridos.

Mientras tanto, se intentan diversas medidas para individualizar a otras personas que habrían participado en la ejecución directa.

Entre los fallecidos se encontrarían el coronel José Falco, el mayor Mario Sarmiento, Juan Carlos Leonettti y Marcelo Beltrán.

Al margen de las personas fallecidas, la investigación tampoco cuenta con testimonios que complementen las denuncias que originaron esta causa, lo que dificulta la tarea de reconstruir estos hechos ocurridos hace 30 años.

Tampoco es tarea simple lograr datos y documentación de parte del Ejército a los fines de certificar roles, funciones y nóminas del distrito Viedma y de la Escuela Andina de Bariloche, siendo sus numerarios quienes se encontraban presentes en la escuela de Cadetes en el momento de los hechos investigados. Acceder a esa información posibilitaría establecer dependencias funcionales y jerárquicas, así como determinar responsabilidades en los ilícitos investigados.

No obstante, cabe destacar que, a diferencia de otras ciudades como Bahía Blanca, que también dependían del Quinto Cuerpo de Ejército, en Viedma no funcionó ningún centro clandestino de detención.

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