SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En la primera reunión mantenida entre funcionarios provinciales y vecinos quedó claro que hay varias cosas por resolver, antes que se abra la "Casa de Medio Camino", prevista para el barrio Ñireco. Los profesionales de Salud Mental y los vecinos se reunieron ayer por primera vez en el Centro Administrativo de la calle Onelli, donde ambas partes pudieron exponer sus argumentos.
La reunión duró dos horas y los profesionales explicaron en detalle la necesidad de que Bariloche tenga un lugar donde los sufrientes mentales puedan rehabilitarse. Enumeraron las bondades del programa y cómo funcionan las casas de Medio Camino en otras ciudades, como ser El Bolsón, Viedma y General Roca. En primer lugar proyectaron un ilustrativo video, armado ex profeso para la reunión, donde los doctores Felipe De Rosas, director del hospital local, María Marta Puga, jefa del departamento de atención médica, Susana López, del servicio de salud mental y Sandra Caccavo, psiquiatra del hospital de El Bolsón, explicaron como funciona el programa de salud mental en Río Negro, delineado en la ley 2.440, de 1991.
También habló Luis Suero, director del grupo Crearte, que hace años trabaja con personas discapacitadas. Entre los asistentes se encontraba el doctor Alberto Lucio, jefe de salud mental en la provincia y la titular de la casa de Medio Camino de General Roca.
En términos generales quedó claro que los vecinos no discriminan a los enfermos, pero tienen miedo de que la experiencia no resulte satisfactoria. "Sabemos que hoy en día todos ellos viven en Bariloche y también que hace falta un lugar más adecuado que el hospital para alojarlos; pero analicemos cuál es ese lugar, no debemos optar por la primera opción que se nos presenta", explicó uno de los presentes ante "Río Negro".
El problema central radica que junto a los sufrientes mentales leves se alojaría allí a las personas declaradas "inimputables" por la justicia, las cuales en general cometieron algún delito grave y por ser insanos no pueden encerrarse en una cárcel.
El barrio ya se había movilizado en oportunidad de proyectarse construir allí el Hogar Convivir, donde se alojan los menores de edad que cometieron delitos. La presión de los vecinos hizo que el proyecto se relocalice y hoy Bariloche tenga un hogar para menores, de lujo, con todos los requisitos, en un lugar significativamente más apto que la costa del Nahuel Huapi. Pese a ser un hogar modelo, las fugas de jóvenes son frecuentes. "Gracias a Dios no los tenemos en el barrio", dijo una vecina.
Respecto al inmueble situado en Misiones 75, donde funcionó un jardín de infantes (relocalizado en un nuevo y moderno edificio), los vecinos afirman que "es inapropiado, insuficiente y no apto para alojar a los enfermos mentales".
Sus argumentos encontraron eco en el actual secretario de gobierno del municipio, Adolfo Fourés, quien les anticipó un categórico rechazo. Dijo que "no se pueden instalar centros de salud en esa área de la ciudad porque los códigos urbanos lo prohíben". Los vecinos ya juntaron 1.400 firmas.