SAN PATRICIO DEL CHAÑAR (ACE).- El asentamiento de familias que nació los últimos días de agosto sobre las tierras que iban a ser expropiadas, se transformó en toma y asentamiento tras fracasar las negociaciones con el municipio.
"Nuestros tiempos no son los de los políticos: ellos están calentitos en su casa y nosotros aquí aguantando una respuesta, la gente se cansó de las vueltas y decidió tomar", aseguraron los voceros de la toma.
El panorama de unas pocas banderas iniciales a la altura de la picada 5 de El Chañar se transformó en una urbanización precaria que bordea el casco histórico de la localidad, con 128 terrenos ya posteados delimitados con alambrados y varias casillas en las que viven las familias.
Las tierras corresponden a una parte de las hectáreas que la municipalidad de San Patricio del Chañar pidió expropiar en la Legislatura neuquina, sin embargo, el trámite quedó a medias cuando una inmobiliaria asentada en Cipolletti compró el lugar y después realizó un convenio con la comuna para conceder un sector de "loteo social" dentro del proyecto macro de urbanización.
"Cuando empezamos con el reclamo que dijimos que no íbamos a tomar, habíamos firmado un acta en la que estaban anotadas 105 familias, pero el municipio empezó a descartar gente, anotaban a otra gente afuera de la que estaba acá y luego hicieron una ordenanza en la que se les impide ingresar a los monotributistas, cuando acá un gran número de empleadores te toma bajo esa modalidad", indicaron.
Los ocupantes se quejaron de que las advertencias emitidas por la radio municipal de que se presionaría a los establecimientos privados para que no les den trabajo "a los de la toma", se está cumpliendo.
"A mi esposo lo mandaron a llamar desde las bodegas para decirle que si seguía en la toma lo iban a dejar sin trabajo", dijo Viviana Barrasa, quien aclaró que su marido, padre de familia con cuatro hijos "les dijo que no iba a salir, porque no hay manera de que consigamos un terreno".
Quienes integran la toma desconfían de la integración empresaria que compró los codiciados terrenos que la comuna había pedido expropiar, porque consideran que detrás de del negocio, se ocultan inversores relacionados con las autoridades.
Los pobladores se quejaron porque aseguraron que hace más de seis años que pugnan por un terreno sin tener respuestas desde la municipalidad, mostraron documentación con solicitudes de larga data "y sin ninguna respuesta", indicaron muy indignados.