ROCA (AR).- La búsqueda de una madre por parte de dos de sus hijos, quienes desde hacía más de un día que no sabían dónde estaba, terminó con el descubrimiento de una aberrante muerte que no sólo afectó a la mujer en cuestión, sino también a su ex marido y también padre de los muchachos. Los dos cuerpos ensangrentados fueron encontrados en la propiedad del hombre, y según los investigadores, todo apunta a un homicidio seguido de suicidio por un drama pasional.
La mujer fue identificada como Elizabeth Navarro (51 años), quien estaba dentro de una camioneta propiedad de su ex esposo. Fue el primer cuerpo en ser hallado, y la escena era por demás impresionante. Navarro tenía un profundo corte en el cuello, y todo el interior de la cabina de la camioneta estaba llena de sangre. Horas más tarde se confirmó que además, la mujer había recibido un balazo que habrían sido efectuados con un revólver calibre 22 que fue secuestrado posteriormente.
La otra víctima del caso es Javier Mauro Vergara, de unos 54 años. Estaba en el interior de la vivienda que habitaba solo. En medio de un charco de sangre, y boca abajo, yacía el cuerpo del hombre sin vida. Lo encontraron en la cocina de la vivienda y a pocos metros de la entrada para vehículos en donde estaba la camioneta con su ex mujer asesinada.
Para los investigadores, se trata de un drama pasional que terminó de la peor manera.
Según información policial, Vergara y Navarro se habían separado desde hacía varios meses. "Aparentemente el hombre no aceptaba la ruptura de la pareja. Al menos así se desprende de varios testimonios de vecinos y allegados que conseguimos", comentó ayer una alta fuente ligada a la investigación del caso.
Navarro y Vergara habían sido vistos por última vez el domingo por la tarde en la vía pública, en una "situación no amigable", según se informó. Sin embargo, después nada se supo de ellos.
El alerta sobre que algo raro podría llegar a estar sucediendo, lo dio una mujer que es familiar de las víctimas. Le pareció extraño que al dirigirse el domingo alrededor de las 23 a la casa de Navarro, encontró todo cerrado y la mujer no estaba. Decidió avisar a la Policía y desde la unidad policial se ubicó a uno de los cuatro hijos de la pareja, que serían todos mayores de edad. Junto con el hijo volvieron a la casa de Navarro, y derribaron la puerta principal. En el interior estaba todo en orden, pero no encontraron a la mujer.
El próximo paso fue buscar a otro de los hijos, a quien le comentaron con preocupación sobre la ausencia de la madre, quien había faltado a su trabajo. Junto con los policías, decidieron ir hasta la casa del padre de los muchacho. Al llegar a la vivienda ubicada en Uruguay 935 de esta ciudad, nada parecía extraño. La camioneta estaba en el ingreso de vehículos sin techar de la casa y todo estaba en silencio.
Lo primero que hicieron fue ver en el interior de la camioneta, y en ese momento se encontraron con el espeluznante cuadro: el cuerpo de Elizabeth Navarro estaba sin vida y todo a su alrededor manchado con sangre.
La desesperación tras semejante hallazgo, los llevó a entrar a la casa, donde encontraron a Javier Vergara también sin vida, en el piso de la cocina.
Ambos cuerpos presentaban profundas heridas en el cuello, que les habrían provocado la muerte en instantes. Junto al cuerpo de Vergara encontraron una daga manchada con sangre, y un revólver calibre 22 que tenía varias vainas servidas.
Las dos armas fueron secuestradas para ser peritadas. Posteriormente se confirmó que la mujer, además del corte en el cuello, había recibido un balazo que sería del mismo calibra del revólver encontrado.
Tras retirar los dos cuerpos, fueron trasladados a la morgue donde se le practicaban las autopsias ordenadas por la justicia. Mientras, la camioneta fue llevada a la Unidad Regional Segunda, donde iba a ser sometida a pericias. Las armas iban a ser examinadas por personal del gabinete de Criminalística.