PARIS (AP/DPA).- El presidente Nicolás Sarkozy ordenó ayer una amplia reforma de la legislación laboral, sanitaria y de pensiones para reducir los generosos beneficios jubilatorios, a los que considera anticuados, injustos e insostenibles por contribuir al multimillonario y crónico déficit de la seguridad social francesa.
Sugirió además poner fin a la práctica de jubilarse antes de los 65 años, y pidió al gobierno que elimine las normas que penalizan a quienes desean continuar trabajando. El sistema social francés "desalienta el trabajo", insistió Sarkozy.
Anuncios similares se vieron abocados al fracaso, en ocasiones anteriores, por largas y masivas huelgas. Ahora, sin embargo, las encuestan revelan que una gran mayoría de la población se inclina por la necesidad de llevar a cabo una reforma. De hecho, Sarkozy fue elegido en mayo con la promesa de fortalecer la economía y acabar con las trasnochadas prácticas que lastran el desarrollo de Francia.
Los analistas remiten al éxito de procesos de este tipo llevados a cabo en Alemania o Escandinavia. El presidente adelantó que llevará a cabo un amplio proceso de consultas con todos los agentes sociales.
Entre los puntos más polémicos está la anulación de privilegios jubilatorios a varios grupos profesionales, como los que se dan en el sector ferroviario o en el energético, que son una recarga anual de 5.000 millones de euros en sus presupuestos.
Por otro lado, Sarkozy pretende flexibilizar la jornada laboral de 35 horas y modificar el régimen de despido previsto por la legislación laboral. También aspira a unificar la oficina de empleo y el seguro de desempleo, obligar a los
desempleados a buscar trabajo y combatir el cobro fraudulento de prestaciones sociales. En sanidad, se reforzará responsabilidad y aporte privados de los pacientes.
El discurso presidencial sobre estas reformas coincidieron con el comienzo de un debate legislativo sobre un proyecto de ley que endurece las normas de inmigración. El ministro de Inmigración Brice Hortefeux dijo que el gobierno considerará un cambio constitucional que establecerá cuotas de inmigración."Para muchos de nuestros compatriotas, la inmigración es un motivo de preocupación. La consideran una amenaza para su seguridad, su estilo de vida", dijo Hortefeux al presentar el proyecto de ley. "Debemos entender las aspiraciones de esta mayoría silenciosa". El proyecto de ley para reformar la inmigración estipulará el conocimiento de la lengua francesa a los solicitantes de visado, y probablemente análisis del ADN para demostrar los lazos familiares con los inmigrantes en Francia.
El gobierno de Sarkozy ha reformado las leyes sobre delincuencia juvenil y para modernizar el sistema universitario galo, aunque el gabinete moderó alguna de las propuestas ante las amenazas de protestas.