Pablo Marini, el ex entrenador de Newell's, desmintió que un barrabrava -sería el apodado "Pimpi", jefe de los violentos según versiones periodísticas- le haya pegado un cabezazo luego de la derrota ante Rosario Central, aunque reconoció que gente "ajena" ingresó al vestuario tras el encuentro.
"Es mentira que un barra me pegó un cabezazo, si así hubiese sido tendría alguna marca. Es cierto que al vestuario entró gente ajena al plantel y a los dirigentes", declaró el técnico, quien además descartó amenazas al plantel.
Después de la caída en el clásico rosarino frente a Central, circuló un rumor según el cual Marini había sufrido una agresión por parte de un barrabrava de Newell's, y que esa era la causa principal de su alejamiento.
El ex entrenador "leproso" afirmó que presentó su renuncia al finalizar el clásico. "Presenté la renuncia ni bien terminó el partido. El presidente (Eduardo López) me pidió que lo piense, pero le dije que veía muy difícil revertir la situación. Era alargar una agonía y Newell's no puede soportar eso porque está comprometido con el descenso. Como hincha pensé en el bien del club".