Martes 18 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 47 > Sociedad
¿El Chavo entre narcos?
Un libro revela sus relaciones con el Cartel de Cali. Gómez Bolaño y Juan Gabriel, iban a sus fiestas.

Nada parece más alejado que el Chavo del 8 y el Cartel de Cali. Pero, según "El hijo del ajedrecista", un libro que aparecerá el próximo 24 de setiembre, el inocente personaje de Roberto Gómez Bolaño participaba de las fiestas que organizaban los jefes del poderos grupo de narcotraficantes. El que escribió el libro sabe de qué habla. Efectivamente, Fernando Rodríguez, el autor en cuestión, es nada menos que el hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela, que junto a su hermano Miguel, fue uno de los jefes del Cartel que delineó la vida de Colombia durante años.

El libro cuenta cómo a las fiestas de su padre llegaban artistas de todas partes, entre los que se destacaban Gómez Bolaños y Juan Gabriel.

Una de las anécdotas, que publicó el domingo el diario "El Tiempo", de Bogotá, figura una sobre el popular cantante Juan Gabriel. Según el texto, cuando Juan Gabriel terminó de cantar "se acercó de a poco a donde estaba mi padre, quien lo observaba atentamente, igualmente extasiado por el arte del cantaautor. De pronto Juan Gabriel queda junto a mi padre, le coloca una mano en su hombro, toma aire y remata con todos sus pulmones la emotiva canción, y cuando la sala se cubría de sonoros aplausos y vivas, incluidos los de mi padre, Juan Gabriel se agacha y le clava un sentido beso a Gilberto Rodríguez Orejuela, quien sumamente sorprendido y confundido la emprende contra el mexicano, ante la risa de Chepe Santacruz", otro de los jefes del Cartel.

Esta situación casi le cuesta la vida al cantante, quien fue depositado de inmediato en un avión para volverse a México.

El libro también describe el nivel de control que llegaron a tener en Cali, la tercera ciudad de Colombia, los hermanos Rodríguez Orejuela, quienes hoy están detenidos en Estados Unidos.

Según el hijo del ex jefe del cartel de Cali, en la época de la guerra entre las mafias colombianas, su padre llegó a controlar hasta la empresa de teléfonos y el transporte de taxis en esa ciudad.

Rodríguez, quien también está en la cárcel, mencionó además, el poder que ejercía su padre y su tío Miguel en el fútbol colombiano, donde, según narra, tenían derecho a sugerir jugadores y técnicos para su club, el América.

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