"No me la creo, falta mucho. Por supuesto, quiero ser campeón, pero tengo que estar más tranquilo que nunca. Hasta hace unos días, parecía que lo del título había quedado en un sueño", reconoció Francisco Troncoso en su regreso a Neuquén después de un nuevo triunfo en el certamen de la Fórmula 4, el pasado sábado en Viedma.

El neuquino ganó cuatro pruebas y se convirtió en el referente de la categoría desde su primera presentación.

La falta de presupuesto es una historia conocida, que lo obligó a elegir una categoría y por contrato se quedó con la Fórmula Renault 1.6.

Igual, la ventaja que tenía le permitió seguir como líder en la Fórmula 4 y en Viedma se encontró con un regalo. El equipo de Luis Cassalins le llevó el auto gratis, sólo tenía que manejar.

¿Lo que viviste en Viedma no es muy común en el automovilismo argentino?

- La verdad, es algo atípico. Hasta las gomas me dieron. Por eso, tenía una doble obligación, no le podía fallar al equipo. Ellos apostaron por mi para salir campeones.

¿No salís de tu asombro?

- Es que Cassalins hizo algo fuera de lo común. Por eso, con mi papá nos comprometimos a hacer lo imposible para poder pagarle las pruebas que quedan, si bien su ofrecimiento era que le manejara el auto gratis.

¿Estás a un paso del título?

- No me la creo, no quiero ni pensar en eso. Falta tres o cuatro pruebas, todo depende del TC 2000. Tengo una buena diferencia sobre Gonzalo (por Perlo). Acá lo que más cuenta es que tengo un auto bárbaro, que me permite lucirme.

¿Anduviste bien en Viedma?

- En la Fórmula 4 salvo la largada, todo impecable. La "pole" y una prueba sin mayores contratiempos. El auto con las gomas frías es súper veloz. Y en la división mayor me equivoqué . Por eso, cuando llegué a boxes les pedí disculpas a los mecánicos del equipo.

¿Ahora viene Buenos Aires?

- Sí. Vamos a un circuito que me encanta. En una de esas. En la Fórmula 4 somos protagonistas. Y en la Renault creo que si el auto mantiene su rendimiento pelearemos adelante.