RIO COLORADO (ARC).- La lluvia caída en los últimos días en esta parte de la provincia trajo alivio y esperanza para los productores ganaderos de la región. Fueron alrededor de 90 milímetros que cayeron sin pausa durante cinco días, casi la misma cantidad que se registró en los primeros ocho meses del año.

Sin dudas se trata de un sector que estaba siendo severamente castigado por la prolongada sequía, provocando la muerte de animales y la disminución del stock debido a las obligadas ventas masivas de terneros y vacas madres.

Las precipitaciones fueron importantes en milimetraje y en una época del año fundamental para el desarrollo de los pastizales, por lo cual se abre un panorama un poco más alentador.

Sin embargo, los cambios no serán mágicos y habrá que esperar un tiempo prudencial para que se recuperen los montes de esta parte de la Patagonia.

Vale recordar que a causa de la sequía, la situación en los campos de la región es por demás preocupante.

Una superficie importante del departamento fue declarada zona de desastre.

En lo que va del año hasta el domingo pasado la zona había recibido apenas 100 milímetros de lluvia, de los cuales 60 se dieron durante enero, que es precisamente un mes en que las precipitaciones no tienen efecto sobre la pastura en el campo.

Malvendido

Los ganaderos ya han comercializado gran parte de sus terneros a precios bajos y han malvendido un número significativo de vacas madres.

En tanto los índices de mortandad de hacienda por falta de alimentación alcanzaron niveles que no se registraban desde hace décadas.

Lo ocurrido en los últimos días invita a pensar en una recuperación paulatina de los campos.

Será sin duda un proceso lento que deberá ser acompañado por una continuidad de precipitaciones en primavera y un manejo adecuado de la carga animal para que la oferta forrajera se pueda consolidar y no termine desequilibrándose.