Domingo 16 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 08 y 09 > Regionales
Tras un invierno seco, se viene un verano de ríos bajos
La apertura del canal de riego dejó el Neuquén casi sin agua. No esperan un deshielo importante en la primavera.

NEUQUEN (AN).- Para saber cómo estarán los ríos este verano basta asomarse a los puentes carreteros que comunican Neuquén y Cipolletti: ese hilo de agua será la imagen que el paisaje devolverá de acá al febrero, por lo menos. Los especialistas ni siquiera esperan que el deshielo mejore las cosas porque nada indica que la nieve acumulada vaya a derretirse rápidamente sino más bien en cuentagotas.

Claro que en tiempos de tanta incertidumbre climática, hace tiempo que las certezas no forman parte de los pronósticos a largo plazo. Prueba de ello es que hace dos años había nieve acumulada en niveles extraordinarios y el deshielo fue tan paulatino por la falta de lluvias que casi no tuvo impacto. Pero como las planificaciones hay que hacerlas, se sabe que en el caso del río Neuquén la situación no cambiará demasiado y por eso los escasos miles de litros que pasan por segundo debajo de los puentes seguirán siendo una imagen cotidiana.

Fuera de la temporada frutícola lo que deja pasar la presa El Chañar llega casi linealmente a la confluencia con el río Limay, pero a partir de la apertura de los canales de riego hay pérdidas de volumen muy importantes, más en tiempos de sequía.

El promedio diario del miércoles, por ser un número redondo, permite mostrar con claridad lo que ocurre. El Chañar erogó ese día 100 metros cúbicos de agua por segundo, pero en Campo Grande usaron unos 5 para su sistema de riego, y entre Vista Alegre y Centenario se llevaron otros 6. Más abajo, en el dique Ballester, el canal grande del Alto Valle se llevó más de 65 metros cúbicos por segundo.

Como consecuencia de este uso del agua, el río llegó a la zona de los puentes Neuquén-Cipolletti con unos 25 metros cúbicos por segundo de agua, una lágrima al lado de los 300 que puede llegar a haber normalmente.

Y así se espera que seguirá la operación de este curso.

En el otro río de la cuenca del Negro, el Limay, se espera que las erogaciones desde Arroyito, que es la última presa, no superen los 550 metros cúbicos por segundo de acá a finales de febrero.

Este año el agua del río Limay se usó de manera poco ortodoxa porque se flexibilizaron las normas que manejan los caudales máximo y mínimos de manera que llevar todo el recurso al embalse de El Chocón.

Con suerte, la época de lluvias del 2008 encontrará los embalses del Limay en situación cercana a la normal. Por ahora en el Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) creen que la suma de los caudales de ambos ríos terminará dándole al Negro un nivel cercano al mínimo normal.

 

MARTIN BELVIS

martinbelvis@rionegro.com.ar

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