CIPOLLETTI (AC).- El fiscal de Cámara, Ricardo Maggi, pidió la pena de dos años de prisión en suspenso y cinco de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión a dos policías imputados por apremios ilegales, mientras que solicitó un año y cuatro meses de prisión e inhabilitación por cinco años a otro efectivo, pero por el delito de abuso de armas.

"La Fiscalía ha hecho un gran esfuerzo imaginativo e intelectual para establecer los hechos", dijo uno de los defensores. Los abogados pidieron la absolución.

A los policías se les imputa un hecho que ocurrió el 13 de octubre de 2002, alrededor de las 8.40 en la vereda de un kiosco ubicado en Arenales y España, de Cipolletti. Allí había un grupo de jóvenes cuando llegaron Dardo Manrique (sargento), Carlos Rojas (cabo) y Marcelo Molina (sargento primero).

"Los nombrados, al margen de un legal y legítimo procedimiento policial, agredieron físicamente a los ciudadanos Daniel Espinoza, Ariel Espinoza y Luciano Henríquez provocándoles lesiones de distinta consideración. Y en el caso del cabo Rojas, disparó el arma reglamentaria contra el ciudadano Alberto Alejandro Fuentealba", dice la acusación.

Manrique y Rojas estaban cumpliendo recorrida peatonal y Molina era chofer de un patrullero ese día.

Se presume que veinte minutos antes del hecho habría ocurrido un intercambio de palabras entre Luciano Henríquez y Daniel Espinoza con el chofer de un móvil y otro policía que lo acompañaba. Poco después, al lugar se acercaron otros policías y se sumaron más jóvenes. Y hubo "una batahola y forcejeo generalizado".

Ante estas circunstancias, Molina "se bajó del auto, tomó del brazo a Luciano Alberto Henríquez y, al intentar éste repelerlo, dio un paso atrás, cargó la escopeta Itaka, calibre 12/70 y, a una distancia de entre 1,25 a 1,30 metros, le disparó al cuerpo, en un ángulo recto en plano frontal, produciéndole lesiones de carácter leve", indica la imputación. "Casi simultáneamente -agrega- Alejandro Ariel Espinoza fue tomado y empujado contra una pared y, cuando quiso seguir al policía con el que había forcejeado, Manrique -que estaba a su costado y portaba una escopeta- le disparó en la cara, produciéndole lesiones de carácter grave. Luego se produjeron más incidentes.

Maggi pidió dos años de prisión en suspenso y cinco de inhabilitación para Manrique y Molina; mientras que a Rojas le imputó el delito de abuso de armas y le solicitó un año y cuatro meses de prisión e inhabilitación por cinco años. La sentencia se leerá el 25.