El próximo jueves los cines argentinos recibirán "¿De quién es el portaligas?", segundo largometraje de Fito Páez, una comedia protagonizada por Romina Ricci, Julieta Cardinali y Leonora Balcarce. "La idea es estrenar acá y que vaya bien sin pensar en los festivales que son un mundo aparte. Ahora quiero empezar por el mundo real, por la gente yendo al cine", dice Fito Páez. El filme en que también toman parte Gonzalo Aloras, Cristina Banegas, Lito Cruz, Verónica Llinás, Darío Grandinetti, Duilio Marzio, Fena della Maggiora y Roberto Fontanarrosa, sucede a "Vidas privadas" (2001) y al mediometraje "La balada de Donna Helena" (1995).
-En la película se aprecia una gran labor actoral que es vital para la historia ¿Cómo se logra ese trabajo?
-Conté con un elenco de actores excepcionales dispuestos a una historia que no estaba escrita en ningún lado y que hubo que inventar. Las chicas (Ricci, Cardinali y Balcarce) hicieron una gran labor y siempre estuvieron comprometidas con mucha alegría y mucho profesionalismo, algo que me ayudó a dirigir. Lito, Darío y Cristina son actores tan virtuosos que llegan y sabés que te van a tocar el piano como nadie, se aprenden la letra exacta y te levantan todo.
-Desde el trazo grueso, la película remite al universo de Pedro Almodóvar...
-Almodóvar es un referente importante para mí y la época de la película te lleva para ahí, pero no creo que sea una historia muy almodovariana sino que la veo más ligada a Copi. Siento que Pedro se ha vuelto más parecido en el relato a Manuel Puig, no da puntada sin hilo y Copi, en cambio, es más desarticulado y yo me siento más identificado con esa forma.
-¿Cómo te relacionás con el mundillo del cine argentino?
-En la música me siento más estable porque conozco mucho más la materia, pero el cine argentino me interesa y me gusta y diría que para esta película Manuel Romero ("El hincha", "Mujeres que bailan", "Yo quiero ser bataclana" y "Luna de miel en Río", entre 50 títulos) con sus películas de ritmo diabólico me inspiró más que ningún otro. Después soy fan de Adolfo (Aristarain), incluso de "La discoteca del amor" y "La playa del amor" son también parte de su obra, de su alto cine y de Lucrecia Martel que me recuerda mucho a Silvina Ocampo porque ambas tienen humor, son amables y malísimas ya que son mentes brillantes.
-La película sorprende por cómo se diferencia de "Vidas privadas"...
-Vengo de un primer filme muy duro que no permitía el humor y muchos habrán pensado que estaba haciendo dramas de (Lucchino) Visconti o tragedias de (Pier Paolo) Passolini y sí, de alguna manera esos eran los referentes para una obra necesaria. Pero yo no soy así todo el tiempo, tengo mucho más humor que el que hay en "Vidas privadas" en donde encerré todo el horror.
-¿De cuándo data tu decisión de hacer cine?
-Una vez que pegás una escena con la otra es bárbaro y siempre estoy aprendiendo porque soy un hombre intuitivo que no viene de un molde y eso hace que lo haga con cierta libertad y por eso también que me critiquen (Télam)