Sábado 08 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 28 y 29 > Sociedad
Seis nuevos ejemplares vuelan en libertad.
La ceremonia fue sumamente emotiva para los cientos de presentes. Niños de la escuela albergue de Pailemán serán los custodios de estas majestuosas aves.

Como si presintieran que algo importante estaba por ocurrir, dos cóndores expertos sobrevolaron durante varios minutos la sierra donde se ubicaban los refugios. Frente a los cientos de ojos y lentes que los enfocaban, recorrieron el lugar provocando respetuosas exclamaciones. Ni bien se abrió la puerta de la enorme estructura montada en lo alto, un ejemplar apareció de repente y encontró a sus pies la increíble imagen de la estepa patagónica en toda su extensión.

Ya nada había entre los cóndores y el resto del mundo. Uno a uno fueron descubriendo la sensación de la libertad e iniciaron pequeños saltos como entrenando sus alas.

Las dos aves liberadas en anteriores sueltas marcaron el camino. Y se lanzaron nuevamente al cielo para cruzar por sobre las cabezas de la multitud maravillada. Varios metros después, descendieron en pleno campo, buscando tal vez entre la matas la comida de la tarde. Mientras, en lo alto de la sierra, temerosos todavía, seguían probando suerte los novatos en el arte de volar.

Caía la tarde en Pailemán. Ya era hora del regreso con la tarea cumplida. Un nuevo grupo de cóndores es libre en la meseta rionegrina. Gracias al trabajo de quienes están a cargo del Proyecto de Conservación del Cóndor Andino, como Luis Jácome, quien junto al Zoo de Buenos Aires y la dirección de Fauna de la provincia de Río Negro, trabajan para que este programa ya sea reconocido a nivel internacional.

Para garantizar la supervivencia, los organizadores del proyecto de "Regreso del Cóndor al Mar" siguen recurriendo a generar conciencia acerca de la necesidad de su preservación y además convocan en cada suelta a líderes espirituales que expresan la importancia que el animal tiene para sus culturas.

La jornada de trabajo y aventura comenzó a media mañana, cuando desde distintas localidades de la zona empezaron arribar vehículos llevando a bordo en total a más de 700 personas del más diverso origen y con distintos intereses. Periodistas de medios regionales, nacionales e internacionales, naturalistas, científicos, docentes, funcionarios, empresarios del turismo, habitantes de los poblados cercanos que se encargarán de proteger las aves y turistas ávidos por vivir nuevas experiencias.

Todos hicieron base en el campo de la familia Botana en la ceremonia que cautivó a grandes y chicos cuando las aves comenzaron a sobrevolar la zona, gracias a las corrientes térmicas.

Ya vuelan en Pailemán un los ejemplares Kunturi Phawaq, Antu, Paine Lachiwana y Mahuida, Mallky e Inca y así podrán avistarse tal cual lo hicieron a mediados del Siglo XIX, naturalistas como Charles Darwin, Enrique Hudson y Perito Moreno, cuando recorrieron la zona de la desembocadura del río Negro.

 

PEDRO CARAM - JORGE SUAREZ

 

Descargar infografía en formato PDF

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí