ROCA (AR).- La falta de rampas y sanitarios para personas con capacidades diferentes en la escuela 128 de esta localidad se convirtió en los últimos días en motivo de preocupación de padres y docentes. Y ello porque desde hace ya dos años que la familia de un niño de segundo grado reclama reformas en el edificio para que el hecho de estudiar no se transforme en un suplicio.
La escuela funciona desde hace casi 60 años y a pesar de ello el edificio no fue adaptado para ofrecer las mismas comodidades a todos sus alumnos.
Debido a la inexistencia de un baño especial para el niño, que sufre de insuficiencia renal, su madre debe concurrir diariamente al establecimiento para atenderlo durante el horario de clases, aunque si este problema se solucionara el chico podría manejarse por sus propios medios, según aseguró la directora, Ana Mattioli.
"El nene está esperando esto desde el año pasado y el año próximo ingresa otra nena con una discapacidad física, por eso es imperioso que se realicen a la brevedad estas mejoras", sostuvo la responsable del colegio.
Por otro lado, las autoridades escolares demandaron la construcción de una rampa en la entrada del edificio, donde actualmente "hay un bloque de cemento, que pretende terminar siendo una rampa, aunque no tiene ni la inclinación, ni los apoyabrazos necesarios", describió Mattioli.
La escuela requiere además una serie de refacciones y ampliaciones ansiadas hace tiempo, como la edificación de un salón de usos múltiples, la instalación de un laboratorio, el arreglo de las aberturas y de la vereda, entre otras cuestiones que han sido solicitadas en innumerables ocasiones a través de cartas dirigidas a las autoridades locales del Consejo Provincial de Educación, según manifestó la docente.
Sin embargo, ciertamente lo que más preocupa es la discriminación edilicia que sufre el niño de segundo grado, quien a diario soporta las molestias.