ROCA (AR).- El ex gerente de la sucursal local del banco Quilmes de esta ciudad, Mauricio Fernández, quien estaba siendo juzgado por presunta estafa por administración fraudulenta, fue absuelto ayer por unanimidad por la Cámara Segunda del Crimen integrada por César López Meyer, Juan Máximo Rotter y el juez subrogante Rubén Norry.

Fernández había sido denunciado por el matrimonio integrado por Sandra Constantini y Alejandro Esteban, quienes se constituyeron como querellantes, tras la compra de un inmueble a través de un crédito del banco Quilmes por 95.000 dólares.

Con este dinero se debía cancelar una hipoteca de la vivienda en el banco Francés y según la denuncia, Fernández le habría propuesto a los compradores que las escrituras las realizara el escribano Reynaldo Martínez, quien nunca canceló la hipoteca ni devolvió el dinero.

El escribano Martínez, que también estaba imputado en esta causa, aceptó anteriormente su culpabilidad en un juicio abreviado, sumando su cuarta condena por delitos similares con hipotecas.

El primer voto de los camaristas fue redactado por López Meyer, quien señaló que "está claro que no fue Fernández quien le entregó el dinero a Martínez".

"Tanto Sandra Constantini como su marido Alejandro Esteban, atribuyeron al imputado (Fernández) responsabilidad por lo ocurrido en base a apreciaciones de carácter muy subjetivo, basadas en determinadas circunstancias indicativas (...) pero amén de que sus dichos deben ser valorados con suma prudencia, pues es obvio que tienen interés en el resultado de esta causa, no han aportado ningún elemento de juicio contundente que sirva para acreditar un obrar doloso del imputado para defraudarlos en connivencia con el escribano Martínez", indicó.

En otro párrafo, López Meyer resaltó que "como lo señaló la defensa -ejercida por Adolfo Martínez- los propios querellantes dijeron que el banco les proporcionó un presupuesto con el nombre de la escribanía Epifanio, y que ellos optaron por buscar un precio más barato. Si a ello le sumamos que ese banco, como otros, tenía su lista de escribanos autorizados, que en este caso se limitaba a las escribanías Epifanio y Martínez, y que como manifestó la agente inmobiliaria Catoira, el gerente Fernández no puso reparos para que interviniera el escribano Canío pero les requirió una nota para pedir autorización a Buenos Aires, está claro que el ahora ex gerente imputado no les impuso al escribano Martínez, con lo cual esta circunstancia tampoco indica nada en apoyo de la acusación formulada".

Por su parte, el juez Rotter adhirió en gran parte a las conclusiones de su colega, pero agregó que "el imputado obró con negligencia al prestar conformidad para que se concrete la operación de compraventa, sin que antes se firmara la escritura de cancelación de la hipoteca de primer grado. De haber estado presente el apoderado del banco Francés y haber percibido el monto de crédito, la defraudación no se habría podido realizar".