BUENOS AIRES (DyN).- Un artefacto explosivo de regular poder estalló frente a la casa donde vive la ex mujer del ejecutivo de Nestlé, Cristian Antonello, a quien iba dirigida la carta-bomba que el miércoles hirió a otro gerente de la empresa.
A partir del nuevo episodio, los investigadores del caso manejan la hipótesis de que los actos intimidatorios están vinculados a un problema personal de Antonello, de 33 años, relacionado con un tema comercial o pasional, y descartaron que el ataque esté dirigido a la empresa.
La misma teoría fue abonada por el gerente de Comunicaciones Corporativas de la compañía, Hugo Cucarese, quien sostuvo que los atentados no tienen que ver con la empresa.
Este nuevo episodio ocurrió antenoche alrededor de las 23:30, frente a la vivienda de la calle Bogotá 1.391, casi esquina Tierra del Fuego, en General Pacheco (Tigre), donde viven Ana Clara Alvarez (ex esposa de Antonello) y sus dos hijas menores de edad.
Un alto jefe policial indicó que el ataque se produjo con "un artefacto de regular poder destructivo que provocó roturas del ventanal y daños en la mampostería del frente de la casa", sin causar heridos.
Según trascendió, en los últimos días el destinatario de los ataques habría recibido llamados intimidatorios.
Los investigadores tendrían en la mira a un supuesto sospechoso del entorno de Antonello con conocimientos de la fabricación de bombas caseras, y no descartan que tenga vinculación con la informática. A raíz del nuevo ataque, el fiscal de Vicente López, John Broyard, le tomó ayer a la tarde declaración a Alvarez y luego a Antonello, subgerente de sistemas de Nestlé (ya lo había hecho el miércoles), a fin de avanzar en la investigación tendiente a dar con los autores de los ataques.
Fuentes del caso señalaron que se separaron hace unos diez meses pero mantienen una buena relación.
La hipótesis de un hecho personal es la más firme tanto para el fiscal como para los in
vestigadores policiales del caso.
Según dijo una vecina a la prensa, el artefacto fue colocado por dos personas, de unos 30 años, una de las cuales llevaba una campera azul y un pantalón negro y el otro un pantalón gris.
"Estuvieron mirando un tiempito la casa a ver si había alguien y rompieron el vidrio para poder ingresar la bomba", sostuvo la mujer.
En tanto, Cucarese dijo que la empresa "no tiene nada que ver con estos atentados" y admitió que habría que enderezar la pesquisa al caso particular de Antonello. "La compañía no es de las que están expuestas a este tipo de situaciones. Hace casi 40 años que trabajo en ella y creo que esta es la primera vez que se ve involucrada en un atentado. Nunca pasó esto en ninguna de sus filiales".